Cuánto me gustaría escribir aquí para analizar las actuaciones sanitarias que se hubieran realizado a lo largo de esta legislatura en Castilla y León. Debatirlas, compararlas con las realizadas en otras comunidades y evaluar sus resultados. Pero no hay ninguna novedad significativa sobre la que hablar.
Ustedes pensarán: “Excelente, todo va bien, no ha sido necesaria ninguna innovación, ninguna variación política ni de gestión sanitaria, porque todo es perfecto”.
Pero la realidad es otra.
Y lamento que parezca que estamos establecidos en la queja continua, que somos unos agoreros y que la tenemos tomada con la Administración de Castilla y León.
Quisiera poder contarles a ustedes que las propuestas de cambio en el sistema sanitario que hemos presentado a la Consejería de Sanidad han sido valoradas, que ya hemos recibido sus comentarios, que hemos sido invitados a debatirlas, que la Consejería las ha presentado a los representantes de la sociedad civil, que ha incluido sus propias propuestas o que ha desechado las nuestras, que ya ha puesto en marcha un proyecto innovador, ilusionante para la población y para los profesionales, con un porcentaje de apoyo o de rechazo, pero que hay un PLAN, un proyecto para relanzar el sistema sanitario en los hospitales y en la Atención Primaria.
Y no… No hay nada más que un rápido deterioro de la calidad de los servicios sanitarios prestados en base a exageradas listas de espera que hacen peligrar severamente en muchos casos la salud de los ciudadanos… ¿O no debemos pensar que entre las 10.000 personas en lista de espera de una especialidad concreta tiene que haber casos muy graves que ponen en peligro la vida o al menos la función del órgano objeto de atención por dicha especialidad?
¿Es que no hay médicos suficientes?
Se dice, por otra parte, que la causa del deterioro de la Atención Primaria es la falta de médicos de familia. ¿Qué se está haciendo? ¿Se está procurando fidelizar a los residentes que terminan? Cada año se aleja del ejercicio de la Medicina de Familia un número importante de ellos, camino de otra especialidad, de otro trabajo en el sistema sanitario o de otro país.
En el último Consejo Interterritorial, lo único que acuerdan los consejeros de las CCAA es aumentar el número de plazas MIR de Medicina de Familia (competencia ministerial). ¿Para qué? Si al terminar se marchan en busca de otras oportunidades… Si muchas plazas quedan vacantes actualmente. No se plantean las autoridades autonómicas que de ellas dependen las condiciones en las que los médicos de familia tienen que desarrollar su trabajo y que son éstas, precisamente, las que hacen que los profesionales abandonen o se jubilen. Tampoco se les ocurre proponer formas estimulantes que nos hicieran permanecer en nuestros puestos de trabajo y continuar con nuestra tarea.
No hay médicos de familia, dice el consejero de Castilla y León. ¿No hay o están donde no tenían que estar? El censo de tarjetas sanitarias de Castilla y León demuestra que de 2009 a 2019 han disminuido en Salamanca una media del 6% (21.240 personas). En cinco zonas de salud, la población ha caído por encima del 21%, y en una de ellas, Linares de Riofrio, el 27 %.
Hay diferencias entre patologías atendidas
El ajuste de profesionales sanitarios a esta variación de población ha sido mínimo y, en todo caso, por iniciativa de la Gerencia Provincial, no por la Consejería. El plan de reconversión existe en la Gerencia de Salamanca, pero su puesta en marcha no solo no se lidera desde la actual Consejería de Sanidad, sino que además se paraliza y entierra en un arcón bajo tres llaves.
Nadie analiza las tareas que los profesionales llevan a cabo en sus consultas, su eficiencia. Da igual que el médico atienda a pacientes en situación terminal en sus domicilios, que siga embarazos, que haga ecografías o cirugía menor o que solo haga recetas o volantes mal cumplimentados, que llegue antes o después. Nadie supervisa, nadie audita.
Burocracia en los centros sanitarios
La burocracia se ha empoderado del ejercicio sanitario. Algo mejoró con la receta electrónica, pero nada se ha avanzado en la emisión informática de otros documentos que evitarían desplazamientos innecesarios a los pacientes.
El trabajo de enfermería ha mejorado, pero… ¿lo ha hecho de forma adecuada? ¿No será que, en lugar de más médicos, lo que los pacientes precisan son más cuidados?
El modelo de gestión de las consultas en los centros de salud tampoco se ha adaptado a las necesidades de los pacientes para facilitarles los trámites. Muchas voces han propuesto aumentar el número de administrativos y definir bien su quehacer, considerándolos a todos los efectos personal sanitario para ganar en eficacia. El ejemplo de un administrativo para dos o tres cupos de medicina y enfermería ha demostrado su utilidad y su capacidad de mejorar la atención sanitaria y hacerla más fluida, pues el paciente ve resuelto su problema o su gestión por un grupo de profesionales que son siempre los mismos, que le conocen.
Enfrentar el envejecimiento
No se ha intentado adaptar el trabajo del sistema sanitario público a las necesidades crecientes generadas por el envejecimiento de la población. En Castilla y León, más del 21% de la población es mayor de 65 años. Evidentemente, la forma de trabajar en salud no puede ser igual si se atienden procesos crónicos y pacientes pluripatológicos con dificultades motoras y de desplazamiento por carecer de métodos de transporte. Tampoco en ese aspecto se ha movido un dedo desde la Consejería de Sanidad… Lideren desde esa Consejería la integración de todas las áreas de la administración (consejerías, diputaciones, ayuntamientos) para crear un sistema de apoyo en transportes, telecomunicaciones, ayuda a domicilio
No hacer nada no es una opción, Sr. consejero, Sr. presidente de la Junta de Castilla y León, porque no hacer nada supone generar daño. No mejorar las condiciones de vida de sus conciudadanos supone favorecer más despoblación, más soledad, más desigualdad, más sufrimiento. Ustedes han sido elegidos por los habitantes de esta Comunidad para evitar que esto ocurra.
La salud es una elección política, nunca debe ser un arma política.
PD: Paz en Ucrania, Gaza, Siria, Yemen…
Emilio Ramos.