La semana pasada, el Consejo de Gobierno de la Universidad de Salamanca aprobó la entrada de 25 alumnos más en la licenciatura de Medicina para el curso 2009-2010. Se superarán los 200. No todos están de acuerdo con el aumento: La mayoría de los profesionales de la sanidad y de las Administraciones Públicas creen que hacen falta más médicos, pero también hay quien dice que lo necesario es hacer una mejor redistribución de los recursos humanos. Yo tampoco lo tengo claro.
Varias cuestiones surgen ante esta decisión. El Proceso de Bolonia, ¿es convergente o, al menos, paralelo con esta ampliación? ¿Seremos capaces de impartir unas prácticas acordes con lo que plantea Bolonia? Actualmente no todos los alumnos pueden recorrer todos los Servicios especializados del hospital para tener una visión de cada una de las asignaturas. Dentro de tres años, ¿cuando estos 210 alumnos lleguen a los cursos clínicos (si mantenemos estas estructuras docentes totalmente contrarias a Bolonia), o dicho de otra manera, cuando estos alumnos lleguen al hospital?… ¿qué pasará? ¿Y a qué hospital?, ¿A las ruinas del actual y a los edificios en construcción que contempla el Plan Director? Cuando lleguen a esto, ¿van a tener algún sitio para realizar las prácticas?, ¿van a encontrar a los profesores entre los andamios?, ¿van a tener algún espacio docente donde meterse en ese totum revolutum? El tiempo lo dirá. Y más a largo plazo, ¿habrá espacios docentes una vez concluido el Plan Director? Los responsables de esta remodelación, en Valladolid y Salamanca, mucho me temo que no han pensado que esto es un hospital Universitario. Las Consejerías de Sanidad y Educación de la Junta de Castilla y León tienen que hacer un esfuerzo presupuestario para que la sanidad y la enseñanza de la medicina en Salamanca durante los 10 largos años que durará, probablemente, el Plan Director no queden bajo cero.
Después de todo esto no sé si queda claro si soy o no partidario de la ampliación de plazas en la Facultad de Medicina. Me inclino por el sí, pero velando mucho para que la calidad de la enseñanza no caiga bajo mínimos.
Varias cuestiones surgen ante esta decisión. El Proceso de Bolonia, ¿es convergente o, al menos, paralelo con esta ampliación? ¿Seremos capaces de impartir unas prácticas acordes con lo que plantea Bolonia? Actualmente no todos los alumnos pueden recorrer todos los Servicios especializados del hospital para tener una visión de cada una de las asignaturas. Dentro de tres años, ¿cuando estos 210 alumnos lleguen a los cursos clínicos (si mantenemos estas estructuras docentes totalmente contrarias a Bolonia), o dicho de otra manera, cuando estos alumnos lleguen al hospital?… ¿qué pasará? ¿Y a qué hospital?, ¿A las ruinas del actual y a los edificios en construcción que contempla el Plan Director? Cuando lleguen a esto, ¿van a tener algún sitio para realizar las prácticas?, ¿van a encontrar a los profesores entre los andamios?, ¿van a tener algún espacio docente donde meterse en ese totum revolutum? El tiempo lo dirá. Y más a largo plazo, ¿habrá espacios docentes una vez concluido el Plan Director? Los responsables de esta remodelación, en Valladolid y Salamanca, mucho me temo que no han pensado que esto es un hospital Universitario. Las Consejerías de Sanidad y Educación de la Junta de Castilla y León tienen que hacer un esfuerzo presupuestario para que la sanidad y la enseñanza de la medicina en Salamanca durante los 10 largos años que durará, probablemente, el Plan Director no queden bajo cero.
Después de todo esto no sé si queda claro si soy o no partidario de la ampliación de plazas en la Facultad de Medicina. Me inclino por el sí, pero velando mucho para que la calidad de la enseñanza no caiga bajo mínimos.
Pablo de Unamuno El Adelanto 4 Abril 2009