Estamos expectantes ante el comportamiento que tendrá el gasto farmacéutico tras las complicadas modificaciones introducidas últimamente.
A conocer el comportamiento real, me refiero, no datos sesgados del primer mes de funcionamiento donde el consumo habido está sesgado por hiperconsumo previo y otras razones.
Sea cual sea el resultado de las modificaciones introducidas, mi reflexión sobre el consumo en productos farmacéuticos va en otros sentidos.
Quiero poner el acento sobre dos cuestiones concretas.
La forma errónea en que se hace frente al sobreconsumo en farmacia (a cargo del SNS), y a la sectorialidad de los datos que se manejan.
El elevado gasto en farmacia proviene de una alta frecuentación médica de la población española, y de un elevado número de recetas médicas por consulta. Presentamos un consumo en farmacia superior a la media europea a pesar de tener unos precios de los productos inferiores.
En este marco -muy simplificado por la penuria de espacio-, las medidas para disminuir el consumo, y por ende, el gasto se centran y penalizan a los pacientes, cuando son los facultativos los responsables de la prescripción. Se opta -como de costumbre- por el camino de menos resistencias, pero técnicamente el más incorrecto. También más injusto socialmente y posiblemente menos resolutivo.
El segundo aspecto que interesa destacar es la sectorialidad de los datos sobre el gasto en farmacia. Cuando se habla de este gasto se está refiriendo únicamente al gasto en recetas, excluyendo el gasto farmacéutico hospitalario.
El gasto en recetas se ha incrementado un 17% en los últimos 6 años, lográndose una moderación sensible del mismo, pero el gasto en farmacia hospitalaria ha crecido un 82% en esos mismos 6 años. Este último nunca se encuentra incluido en los análisis que se realizan, siendo incluso difícil conocer su cuantía.
Como en tantas otras cuestiones, si no se adoptan decisiones en consonancia con las causas del problema, las soluciones elegidas serán fallidas, y además puede que injustas.
Miguel González Hierro.
Publicado en «El Adelanto», 23 Septiembre 2012
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