Hablamos y hablamos sobre el asunto. Lo reiteramos hasta la saciedad. Lo resaltamos como aspecto incontrovertible: el sistema público de salud cada día está más degradado. El deterioro del sistema es imparable.
Sí. Yo personalmente estoy de acuerdo con la afirmación. Tanto nuestro Sistema Regional como el conjunto del SNS van mal. Se deterioran y degradan paulatinamente.
Pero me temo que esta opinión es fruto en gran medida de factores aledaños al sistema en sí, a percepciones empíricas o a mediciones macro. Evidentemente una reducción de la financiación tiene consecuencias negativas para la sanidad por ejemplo.
El problema de fondo que vengo a plantear en torno a esta percepción, profundamente arraigada en los analistas de la cosa sanitaria pública, y aun más, sufrida por los ciudadanos, es que esta degradación, este deterioro lo tenemos poco o nada cuantificado en términos absolutos.
Yendo un poco más lejos; es difícil medir el deterioro cuando se conoce mal la situación de partida.
Poca información, poca trasparencia, uso de conceptos equívocos o polisémicos, información de dudosa fiabilidad y calidad… en resumen conocemos poco y posiblemente mal como están las cosas en el SNS.
Planteado en términos más concretos. Algunas dudas en torno a esto: ¿Cuáles son realmente las listas de espera o las demoras? ¿Cuánta actividad inadecuada realiza el SNS? ¿Qué coste tiene cada actuación? ¿Qué niveles de coste-eficacia se toleran? ¿Qué rendimientos quirúrgicos ó médicos existen?… y así hasta cansarnos.
Se pueden contestar a algunas de estas preguntas, pero la información proviene de una parte, e interesada, lo cual cuestiona su veracidad o su absoluta veracidad.
Mientras no dispongamos de sistemas y órganos imparciales, profesionales y estables en el tiempo que puedan facilitar esta información, opinaremos sobre el sistema, con razones, con sensatez, pero careciendo de una información socialmente exigible y básica para poder adoptar decisiones, tanto técnicas como, especialmente, políticas.
Conocer cuál es la eficiencia del sistema público de salud, evaluarlo sistemáticamente, debiera ser una de las primeras exigencias de la sociedad. Al menos de la sociedad consciente del riesgo que corre el SNS.
Salamanca, 9 de junio de 2016
Miguel González Hierro ( Asociación para la Defensa de la Sanidad Pública )