A partir del 1 de enero tendremos Carrera Profesional (CP) del Sacyl. Es una demanda de años de los profesionales sanitarios y la administración autonómica está obligada por ley a ponerla ya en práctica. Hasta ahora la única posibilidad de ascender era por la vía del ascenso jerárquico, obviamente reservada a unos pocos. Bienvenida pues la CP, con posibilidad de ascenso en virtud de la progresión en la cualificación profesional.
La desmotivación entre los sanitarios es grande y peligrosa para la salud del sistema, de aquí que el reto sea crucial. Es necesario crear un mecanismo realmente motivador. Así la base de la Carrera debe ser “el reconocimiento individual del grado de progresión alcanzado en las competencias profesionales” y para ello la CP debe ser objetiva, evaluable y con capacidad de discriminación (que el motivo de ascenso no sea solamente el cumplir años, la antigüedad). Debe suponer un mecanismo público de reconocimiento entre iguales y socialmente y conllevar un incremento salarial, sin confundir dicho incremento con la demandada y necesaria puesta al día de los sueldos de estos profesionales.
La definición es precisa, debe tratarse de un reconocimiento individual, no de equipo, y sobre la competencia profesional, no sobre aspectos de tipo cuantitativo (ya está el fracasado complemento de productividad). Así si la tarea fundamental de los médicos es la asistencial, deben crearse métodos objetivos y fiables de medir dicha competencia, aunque también cuenten las de gestión, docente e investigadora.
Un punto debatido ha sido el de la reversibilidad de grados si alguien no justificaba en su momento los créditos ya obtenidos. Los sindicatos se han apuntado, creo que erróneamente, a lo más fácil: lo obtenido es irreversible; pero la sociedad difícilmente aceptará que existan profesionales que no acrediten (recertifiquen) su competencia en un determinado momento de su carrera.
Aurelio Fuertes. El Adelanto 12 Agosto 2006