El resultado de las pasadas elecciones autonómica nos ofrece a los ciudadanos de Castilla y León más de lo mismo. Y aunque la cúpula de la Consejería de Sanidad cambiara (lo que sería imprescindible), mucho me temo que el programa del partido ganador encorsetará al nuevo equipo y nos ofrecerá más de lo mismo: centralización de las decisiones y decisiones en beneficio del centralismo. Probablemente la solapada política de privatizaciones continuará con más fuerza, la que le da la mayoría de los votos aunque esto no figurase como objetivo en el programa del partido. ¿El Plan Director del Hospital Universitario de Salamanca sufrirá, una vez más, otra demora? ¿Tendremos que esperar otros tres años y medio, y a los meses antes de las nueva convocatoria a las urnas, para escuchar nuevas promesas? Tal vez la iniciativa privada, ávida por comerse la tarta, acelere el proceso. Es necesaria una política de conciertos con compañías privadas para achicar listas de espera con mayor trasparencia.
Sería necesario que el equipo de la nueva Consejería dedicara más recursos para la sanidad pública y, desde luego, menos para gastos en humos y “Tizonas”. En una Autonomía como la nuestra son necesarios más hospitales comarcales o centros de especialidades, como el de Ciudad Rodrigo, con dotación y funciones bien definidas. Las hospitales actuales de la autonomía precisan la renovación de tecnologías obsoletas y un urgente desarrollo informático para ponernos al menos a la altura de la mayoría de otros Servicios Regionales de Salud.
Con una población tan envejecida como la de esta región, la cobertura social actual tendría que multiplicarse por mucho para aumentar la ayuda a domicilio y la atención a la tercera edad, entre otras cosas. La Ley de Dependencia, recientemente aprobada, necesita su puesta en marcha con carácter urgente. Confío que el gobierno regional no olvide que aunque no fue su partido político el impulsor de la ley, fue apoyada por él.
La Consejería de Sanidad debería ser consciente de que dirige uno de los mejores sistemas sanitarios del mundo, pero con profesionales muy desmotivados por mal pagados y con gran presión asistencial.
Pablo de Unamuno. El Adelanto 2 Junio 2007