UN HECHO: Nuestras autoridades sanitarias han declarado hasta la saciedad que los recortes en sanidad no afectarían a la calidad y que la atención a los pacientes no se vería perjudicada. Pero lo cierto es que debido a la crisis las listas de espera, sobre todo para realizar pruebas complementarias se están disparando y en algunos casos el tiempo de espera es superior a un año.
UNA REALIDAD: Durante muchos años, se decidió que la mejor manera de gestionar las listas de espera, sobre todo las relacionadas con diagnóstico por imagen, era la exteriorización, argumentando que invertir en tecnología, por ejemplo resonancia y TAC era caro. Algunos planteábamos que con el dinero que se estaba gastando en exteriorizar se podrían haber adquirido nuevos» aparatos»y de este modo atender la demanda de pruebas de imagen diagnósticas.
Pero llegó la crisis, el ahorro a ultranza sin ningún criterio y la anulación de los presupuestos para la exteriorización. Resultado de ello es la situación actual: no se puede exteriorizar porque no hay dinero y no se tienen aparatos para atender la demanda de pruebas de diagnostico por imagen, consecuencia, listas de espera descontroladas.
UNA SOLUCIÓN: Haber invertido en tecnología nos habría permitido enfrentarnos a la crisis de otra manera resolviendo las listas de espera con la plantilla actual. Pero en la situación en que estamos es imprescindible dar una solución. Ahorrar a ultranza conlleva que el sistema sea inviable. Si queremos disminuir las listas de espera solo hay dos soluciones posibles, por un lado limitar el número de peticiones ajustándolas a las indicaciones precisas de cada patología y evitando solicitudes tanto de diagnostico como de control de patologías cuyo resultado en nada va a cambiar la actitud terapéutica y por otro lado, racionalizar el gasto e invertir en el aparataje que no se compró a su debido tiempo. De lo contrario el sistema caerá sin remedio, siempre que sea esto lo que queramos evitar, claro.
Pilar García Hernández. El Adelanto 16 diciembre 2012