La memoria de la Gerencia de Regional de Salud (GRS) de 2009 es un paseo por el mejor de los mundos. Diseño y colorido compiten con despliegue de números.
Para comenzar, el organigrama de la GRS consta de 79 «casillas». ¿Cuántas personas trabajarán en cada uno de los despachos representados en ellas? ¿Cuántas «casillas» más habrá en el organigrama de la administración sanitaria periférica, es decir, de cada una de las 9 provincias de Castilla y León? ¿Son todas ellas necesarias?
¿Cuánto dinero de la sanidad pública se dedica a crear y mantener esos organigramas?
El escaparate del Portal de Sanidad de Castilla y León, no me permite satisfacer estas pequeñas curiosidades. Aunque no negaré que el Portal tiene muchas otras utilidades.
Como es mi trabajo, me he fijado, dentro de la mencionada memoria, en los números correspondientes a la Atención Primaria y pienso que algunos de ellos están vacios de contenido real. Manejar números se ha convertido en un fin en sí mismo; lo de menos es si esos datos reflejan acciones con consecuencias reales para mejorar a los pacientes o no.
Los que trabajan en todas esas casillas de los organigramas tiene un poder desmedido sobre los profesionales, condicionan su tiempo y el desarrollo de su trabajo, crean mucha burocracia, muchas veces injustificada. En lugar de ayudar al sanitario a trabajar mejor, parece que solo quieren tener números para rellenar cuadrículas.
En la Asociación para la Defensa de la Sanidad Pública, desde siempre, estamos comprometidos con la gestión sanitaria si gestionar es gastar el dinero público de forma responsable. Registrar y documentar el trabajo asistencial es imprescindible. Un sistema de información sanitario como herramienta de apoyo es necesario para que el sistema público de salud sea eficiente.
Pero tener que estar atado al ordenador en detrimento de la relación médico-paciente y hasta del verdadero trabajo, es otra cosa. Los gestores son insaciables.
Concha Ledesma. El Adelanto 5 Marzo 2011