Con frecuencia en la actividad pública nuestras directrices no siguen la ética o el sentido común adecuados. Siempre he pensado lo difícil que debe resultarle a un abogado tener que demostrar la inocencia de un delincuente manifiestamente culpable.
Digo esto a propósito de la actitud de algún sindicato sanitario cuando por interés electoral o «en defensa del trabajador» o por miedo y resistencia al cambio, se oponen frenéticamente a aquello que desde hace años parece la condición básica para mejorar la gestión y rentabilidad de los recursos sanitarios en nuestra provincia: La unificación de Servicios hospitalarios.
Esta oposición no sólo parece irresponsable sino que puede ser una clara equivocación personal del trabajador que le conduzca al aislamiento de sus compañeros de profesión y a la carestía de medios materiales, por la duplicidad de Servicios, con el consiguiente empobrecimiento de su trabajo y formación.
No obstante, he creído siempre que actitudes dialogantes por parte de los gestores en una unificación consensuada y pactada hubiera posibilitado el 90% de las soluciones y con beneficio para todos.
¡ Señores sindicalistas ¡: Por nuestro hospital y por Salamanca no perdamos una nueva oportunidad.
Maximiliano Diego El Adelanto 24 de Julio de 1999