Después de tanto tiempo de marear la perdiz con el famoso Plan Director del Hospital y cuando todavía solamente unos privilegiados saben de que puede ir la cosa, lo que si parece claro es quien financiará las obras.
El modelo elegido por el Sacyl parece ser el del nuevo hospital de Burgos, modelo nada original pues es una puesta al día de lo que ya han hecho en otras CCAA los dirigentes del PP. La financiación de las obras correrá a cargo de una empresa privada. Así dicho parece un chollo, pero nada es lo que parece. A cambio, la citada empresa gestionará diferentes parcelas del Hospital, en un principio la lavandería, la cocina, la limpieza, etc., y posiblemente después otros servicios ya sanitarios, primero los más rentables y los de menor riesgo económico: radiología, laboratorios… Es una manera de privatizar lo público y de romper la estructura hospitalaria, con el consiguiente deterioro de la misma. Lo que no han explicado las autoridades es el motivo de este cambio de estrategia. Sea cual sea, los ciudadanos deben ser conscientes de los riesgos que se corren al privatizar algo que es de todos y que funciona.
En la misma línea, se publicó la oferta de una empresa sanitaria para la provisión privada de la cirugía ambulatoria en el Centro de Especialidades de Ciudad Rodrigo. No se puede poner como disculpa que no existen recursos en la sanidad pública. El Hospital Universitario cuenta con suficientes recursos materiales y humanos para desarrollar estas actividades, sus profesionales son los mejor preparados, y además están apoyados por la estructura hospitalaria, que garantiza los resultados. Conviene saber que si se toman estas decisiones, como otras recientes que afectaron a las incompatibilidades de los médicos o a la contratación privada de determinadas pruebas radiológicas, no es para mejorar la atención sanitaria, sino que forma parte de una estrategia privatizadora diseñada desde el PP para todo el Estado.
Aurelio Fuertes.
Pubicado en «El Adelanto», 6 Agosto 2005