¿Estamos asistiendo al final del Sistema Sanitario que hemos conocido? Parece que sí.
Lo que está viniendo quizá será mejor para algunos pero peor para la mayoría. Aquellos que desde hace 30 años apuestan por un sistema sanitario predominantemente privado, se frotan las manos con la crisis. En nombre de la crisis están dando pasos de gigante.
Un ejemplo: el Estado entrega las infraestructuras sanitarias a las autonomías, para que gestionen un patrimonio que por otra parte, era de los trabajadores. Como resultado, en Cataluña se van a ceder las instalaciones públicas a la actividad privada, en aras de la eficiencia. Esto conlleva otra cosa: si el enfermo puede pagar se le opera inmediatamente en el sector o en el horario privado del hospital público, si no puede pagar, se va a la lista de espera. Una lista en la que muchos no avanzan por razones obvias.
La presidenta de la Comunidad de Madrid dice que los madrileños la votan por lo bien que está la sanidad proporcionada por centros privados y pagada con dinero público. Según se deduce, los madrileños quieren sanidad privada, con lujo para todos y ella se la proporciona. Pero el dinero llega tarde y mal a las empresas, que tienen ánimo de lucrarse cuanto más mejor. Los servicios que den estarán en proporción. Los madrileños van a echar de menos otros tiempos.
Ni las comunidades autónomas ni el Estado ni Europa van a hacer nada por tirar arriba de la sanidad pública. Corren tiempos difíciles. Todas las fuerzas actúan en dirección contraria. No sorprende que lo haga «el mercado» que no ha podido meter el diente hasta ahora a la sanidad en España y va a por todas. No sorprende que lo hagan los gobiernos, que trabajan para los mercados. Solo queda la población y en parte quizá también la profesión. La gente no puede cegarse con espejuelos.. Se la ha jugado y la está perdiendo. Reaccionemos. Hay modo de salvarnos todos y es mejor que «sálvese quien pueda».
Concha Ledesma. El Adelanto 9 Julio 2011