Como estamos en plena campaña electoral y existe una subasta pública de ofertas, estaba tentado de hacer una lista de reivindicaciones que, a mi entender, necesita la Sanidad publica. Sin embargo, la lectura de un viejo libro de 1971 titulado Efectividad y eficiencia, reflexiones al azar sobre los Servicios Sanitarios, de Archie L. Cochrane y dos ideas del mismo me rondan la cabeza con la fuerza suficiente como para exponerlas aquí.
Señala Cochrane (el padre de la Medicina Basada en la Evidencia) que «el determinante más crucial de la efectividad y eficiencia de un sistema sanitario en el nuevo milenio no van a ser los profesionales o las organizaciones sino los consumidores, es decir las personas que utilizan los servicios sanitarios y la implicación de los consumidores en las próximas décadas».
Tratando de analizar la influencia de los consumidores sobre los administradores de la Sanidad pública pienso que aún queda mucho camino por recorrer ¿Qué fue de los Consejos de Salud y otros organismos legales de participación ciudadana? No creo que tengan ninguna influencia en la toma de decisiones por la Administración. Lo mismo podríamos decir de otras asociaciones ciudadanas como las vecinales o de pacientes. Con las nuevas tecnologías tenemos acceso fácil a la información y al conocimiento, pero ésta es una sociedad civil sin vertebrar y carece de influencia social y política.
La otra idea hace referencia a que, en general, los profesionales sanitarios estamos siempre pidiendo que se inviertan mayores recursos en asistencia sanitaria, cuando lo que de verdad mejora la salud no es tanto lo que se invierte en recursos sanitarios cuanto lo que se invierte en asistencia social. Es más brillante invertir en tecnologías punta para curar a pacientes en grandes hospitales que hacerlo en mejorar sus condiciones de vida en su domicilio o comunidad. En este aspecto también estamos muy lejos de las ideas de Archie L. Cochrane.
Creo que me voy a guardar mi lista individual de reivindicaciones electorales. Quizás sea más efectivo y eficiente como ciudadanos aprender a organizarnos para ser capaces de influir en la toma de decisiones.
Miguel Barrueco.
Publicado en «El Adelanto», 16 Febrero 2008