Algo falla, no es que no funcione el sistema de control de situaciones de riesgo para la salud, pero algo falla y es manifiestamente mejorable. Veamos unos ejemplos:
En julio del año pasado se produjo en Murcia el mayor brote de legionelosis conocido en el mundo, con seiscientos cincuenta afectados y seis muertos. Por su parte Alcoy ostenta el triste récord de ser la población que más brotes de esta enfermedad ha padecido: cuatro en los últimos tres años. Tras el brote murciano el gobierno publicó un decreto para enfrentarse al problema. Pues bien, aunque ha disminuido el número de casos, este verano se han producido ya seis brotes en Cataluña, el más grave en Mataró, con casi cien afectados y, por ahora, dos fallecimientos. También ha habido una muerte por legionela en Baracaldo y otra en Úbeda. En nuestra provincia se ha detectado contaminación por legionela en el balneario de Retortillo, afortunadamente sin otras repercusiones, que no son pocas, que las económicas derivadas de su cierre preventivo en tanto se soluciona el problema. Si a esto añadimos los cuatrocientos afectados por gastroenteritis en Cataluña, las mil personas que en junio acabaron en el hospital tras la ingestión de cocas de San Juan en mal estado o el elevado número de casos de gastroenteritis ¿víricas? que esta padeciendo nuestra provincia este verano, concluiremos que algo falla.
En unos casos debe mejorarse la legislación y adaptarse a nuevas situaciones, en otros lo que ocurre es que las normas no se aplican adecuadamente, por falta de personal (la red cuenta con solo 170 epidemiólogos) o de presupuestos. Reconocer el problema será el primer paso para solucionarlo.
José Luis Garavís. El Adelanto 24 Agosto 2002