Desde ayer en el Hospital Universitario debe reinar el «aire limpio» al haberse iniciado la campaña «Hospital sin humo» en aplicación de la normativa legal, con 15 años de retraso, proteger los derechos de los no fumadores y mejorar la higiene hospitalaria, deplorable en algunas escaleras y salas de estar con cantidad de colillas por el suelo, humo y malos olores en muchos descansillos. En algunos países extranjeros no entenderían la necesidad de una campaña así para algo tan obvio en un centro sanitario. Por suerte ya va siendo un hecho en algunos centros de nuestro país. Es lamentable que en un centro sanitario tengamos que ver aún situaciones tan lamentables de suciedad, falta de higiene y contaminación ambiental como las actuales.
No insistiremos en el perjuicio que supone para la salud por enfermedades pulmonares, cardiovasculares y cáncer. Los fumadores deben comprender que el tabaco hace daño también al no fumador, que le incomoda significativamente en su actividad y que el descaro con el que se enciende un pitillo en un ambiente cerrado supone una falta de consideración motivada por un vicio y no por un derecho.
Sería deseable que los fumadores no se sintieran «perseguidos» y comprendieran que en este tema «los derechos» son TODOS para los no fumadores, fumadores pasivos, que no tienen porqué sufrir las consecuencias en su salud o en su calidad de vida por culpa de hábitos tóxicos de compañeros y ciudadanos. Es penoso que cuando en muchas oficinas y empresas ya se ha comprendido la necesidad de un trabajo y ambiente sin humo, en los hospitales persistan situaciones de absoluto descaro y falta de respeto hacia las personas.
Maximiliano Diego El Adelanto 3 de Mayo de 2003