No tenemos término medio en este país nuestro. O creamos puestos vitalicios sin ningún tipo de control y con escasas posibilidades de sanción o dejamos durante más de 10 años a un colectivo en precariedad laboral.
Estamos asistiendo estos días una huelga de médicos interinos de servicios especializados. En algunos servicios de nuestro Hospital Universitario más de la mitad de la plantilla son interinos y, en algunos casos, desde hace más de 10 años.
La Administración se ha encontrado ahora con lo que se ha buscado. Son chapuzas que ahora pretende solucionar como se pueda. Qué fácil hubiera sido haber hecho un concurso de traslados cada 2 ó 3 años e inmediatamente después un concurso-oposición. Esto hubiera logrado una movilización controlada y escalonada de las plantillas que probablemente hubiera venido bien a los equipos de trabajo. No se pretende un cambio completo de plantilla todos los años, lo que únicamente conduciría a la no consecución de los proyectos y objetivos prefijados por el equipo de trabajo. Lo ideal hubiera sido disponer de un programa de traslados que pudiera resolver las necesidades personales y contemplar la promoción de los profesionales.
Ahora nadie está satisfecho. Unos por el carácter de provisionalidad que tienen y otros porque tuvieron que sufrir una oposición, con la misma competitividad que ahora, y sospechan que la Admistración lo resolverá sin siquiera un concurso de méritos.
Estamos expectantes para ver cómo lo resuelven las autoridades sanitarias. Mientras tanto, los interinos están en huelga y jugándose su puesto de trabajo, los fijos en una posición incómoda con la Administración y con sus compañeros interinos, la población sufriendo los inevitables retrasos de la huelga y los gestores provinciales teniendo que sacar las castañas del fuego «a los de Madrid».
Los que gobiernan deberían ser más cuidadosos con estos pequeños grandes problemas.
PABLO DE UNAMUNO. 24 marzo 2001