El mejor activo de cualquier empresa es su capital humano; las personas. En el sistema sanitario público son los profesionales sanitarios. Y, al igual que se cuida y se repone el material y las instalaciones, se debería cuidar de mantener y reponer buenos profesionales sanitarios.
Parece que para el SACYL, el servicio sanitario de Castilla y León, los profesionales son como peones en un tablero de ajedrez.
Hasta ahora, el profesional que obtenía una plaza en el sistema tenía muchas probabilidades de jubilarse en el mismo nivel. La Carrera Profesional establece niveles de promoción entre los profesionales según su competencia. Está implantada en muchas comunidades. En Castilla y León: no.
Los profesionales sanitarios en Castilla y León están entre los peor retribuidos de toda España.
Se prodigan en exceso los contratos basura; y a veces como puerta de entrada falsa al sistema. Las contrataciones no siempre se hacen valorando méritos. Sigue siendo importante tener padrinos.
Una gran parte de los alumnos de medicina de nuestras universidades, financiadas con dinero público, no van a ejercer nunca en Castilla y León.
La mayoría de los especialistas formados por el sistema MIR en nuestros hospitales de financiación pública no se quedan a trabajar en nuestra comunidad. Y de manera particular, casi ninguno de Medicina Familiar.
Hay algo que se conoce como Planificación; consiste en prever que puede ocurrir en el futuro e irse adaptando a ello desde el presente. Estamos en el inicio de un gran recambio generacional.
Recientemente ha saltado la polémica de la contratación de médicos polacos para el Hospital de Aranda. Nada que objetar a los médicos polacos. La pregunta es ¿ por qué no se quedan a trabajar en Castilla y León los especialistas primorosamente formados en nuestros hospitales públicos? La respuesta está en la política de personal de la Junta.
Los profesionales sanitarios están en su trabajo y lo cumplen con dignidad en términos generales. Pero todo parece indicar que en los niveles mas altos del SACYL no saben hacer sus deberes.
Ildefonso Esteban.
Pubicado en «El Adelanto», 30 Septiembre 2006