Posiblemente el Gobierno esté haciendo algunas cosas mal, pero son ya demasiadas ocasiones asistiendo al NO de la oposición ante iniciativas sensatas con el único objetivo de desgastarlo y evitar que tenga el más mínimo éxito en su quehacer.
La última ha consistido en rechazar la propuesta de Pacto de Estado por la Sanidad en la Comisión de Sanidad tras un año de estudio. Desgraciadamente y a pesar de los argumentos que esgrimen demagógicamente Partido Popular y CIU, la verdadera razón para rechazar un acuerdo tan necesario para todos los españoles ha sido la proximidad de las elecciones autonómicas, y en el caso del PP evitar el éxito o engrandecimiento de la figura de Trinidad Jiménez ante la posibilidad de su candidatura a competir con Esperanza Aguirre.
La política del PP es obstruir y si es posible denigrar la figura de aquellos ministros que puedan estar bien valorados por los ciudadanos, actualmente Rubalcaba, Chacón y Jiménez.
Es penoso pero además deshonra la política, ver como un pacto tan necesario, deseado por todos (profesionales y usuarios de atención sanitaria, economistas, y los Consejeros de las CCAA de cualquier signo político que por su sentido de responsabilidad sí pactan con el Gobierno central) no pueda salir adelante por motivos partidistas y por la firme y permanente decisión de oponerse con las razones más inverosímiles a todo aquello que proponga el Gobierno.
Desgraciadamente la política del «NO A TODO» le está dando buen resultado en las encuestas, y si tenemos en cuenta la impresionante lista de corrupciones puestas a la luz por la justicia en Valencia, Castellón, Alicante, Murcia o Madrid y que no está suponiendo ningún coste para el PP e incluso acrecienta a ciertos personajes (Camps, Fabra, Ripoll, Esperanza Aguirre,…) habrá que poner en duda el sentido ético de nuestra sociedad. No es comprensible que los ciudadanos antepongan su antipatía a ZP al sentido común, sin valorar el permanente sinsentido de rechazar cualquier propuesta
Maximiliano Diego. El Adelanto 16 Octubre 2010