Hace unos años, se transfirió la sanidad a las diversas autonomías, este hecho que pareció congratular a muchos, nos creó cierta incertidumbre a otros.
Con esa medida se pretendía un control más estrecho de la financiación, ordenar los recursos tanto humanos como materiales, regular el gasto farmacéutico y social. Todo en clave fundamentalmente económica. Pero la pregunta es ¿se resuelven así los problemas preventivos y asistenciales? y sobretodo los de gran envergadura. Creo que no, hay varios ejemplos en esta andadura: según las comunidades los calendarios vacunales son diferentes, las prestaciones farmacéuticas, las políticas de personal, la regulación de especialidades, las barreras asistenciales distintas dependiendo donde te encuentres y además la imposibilidad de una historia clínica electrónica accesible por todo el sistema. Todo ello hace que se pierda un valor básico en nuestro sistema sanitario como es la equidad para todos.
Un ejercicio de futuro próximo sería averiguar lo que ocurriría si en la probable epidemia de gripe se adoptaran medidas diferentes entre vecinos, pienso que sería un desastre.
Todos los profesionales sabemos de la multitud de escritos con normativas y recomendaciones que sobre el tema de la gripe nos han llegado desde el Ministerio de Sanidad, de la sección de epidemiología de la Consejeria Regional e incluso de las Gerencias provinciales, contenidos que se modificaban día a día, dando sensación de inseguridad en vez de la información necesaria para ser útil.
El Consejo Interterritorial (creado como órgano superior de la política sanitaria estatal) debería ser el centro de mando de todas las operaciones, el organismo técnico que con criterios epidemiológicos determine las actuaciones a seguir y las distintas consejerias asumir sus dictámenes al margen de sus intereses políticos. Para ello debería cambiar, vincular a todos los miembros en una dirección común y más en temas de urgencia.
Retomar caminos equivocados y la cohesión de las partes hará un todo más práctico y seguro.
Antonio Julián
Publicado en «El Adelanto», 25 julio 2009