Finaliza el primer año del siglo que comenzó con grandes expectativas. Si recapitulamos los avances en materia sanitaria, el análisis es demoledor.
Setecientas mil personas esperando pruebas especializadas hasta 2 años, 150.000 esperando para intervención quirúrgica. Intencionada ausencia de control de calidad y alarmante caos sanitario según el informe del Defensor del Pueblo. Importantes episodios de alarma social gracias a las folclóricas declaraciones de una ministra sin la preparación adecuada en opinión mayoritaria de los ciudadanos.
Progresiva privatización con un gobierno que no quiere solucionar nada pero enriquece a unos pocos con «planes de emergencia» derivando pacientes quirúrgicos a hospitales privados en contradicción con una supuesta suficiencia en la valoración de las transferencias sanitarias.
Adjudicación de plazas por concurso a medida a interinos eternos nombrados «a dedo» durante 15 años que ya merecen estabilizar su puesto aunque sus compañeros lo obtuvieran por oposición libre.
Atención primaria desmotivada y en franco deterioro de las expectativas iniciadas con la reforma sanitaria. Urgencias desbordadas, convertidas en consultorio permanente de 24 horas supliendo…el déficit de A. Primaria y las listas de espera especializadas. Reestructuración de puestos de trabajo a la carta e irregular.
Salamanca único hospital público de Castilla y León sin inversión extra en las trasferencias, con mínimos avances en su unificación, aparcamiento origen de grandes molestias; mantenimiento, amortización de equipos e inversiones muy deficientes para las necesidades.
Y por fin… las transferencias sanitarias. Empobrecidas y con falta de previsión de la Junta de Castilla y León.
Maximiliano Diego. El Adelanto 29 de Diciembre de 2001