Hablar nuevamente de listas de espera es desesperante pero en mi opinión es el problema más importante en un sistema sanitario que, por otra parte, oferta muy buena calidad. Toda la población conoce el problema, pero tal vez, sólo los afectados saben de su gravedad por haber llegado a límites insostenibles en muchas regiones del País. Las consecuencias están ahí: deterioro de la atención en la Sanidad Publica, pacientes y familiares angustiados, gestores incapaces de resolverlo, personal sanitario y administrativo estresados por la presión en busca de solucionar problemas a diario. Solo las entidades privadas y las personas a ellas vinculadas, incluido los sanitarios con doble dedicación, «sufren» las consecuencias beneficiosas… para su economía.
Las soluciones puestas en marcha hasta ahora han sido un gran fracaso, incrementándose las listas progresivamente a pesar de todas las medidas aplicadas, para desconsuelo de los implicados y alegría de los económicamente beneficiados.
Es hora de soluciones eficaces y no de las que «acabarían con las listas de espera en 3 meses» según la anterior ministra de Sanidad.
Es necesario aumentar significativamente el presupuesto sanitario público y no sólo desviarlo a intereses privados. Dotar personal y rentabilizar las unidades existentes. Hay que reducir el número de consultas improcedentes mejorando la calidad de las actuaciones en atención primaria y la confianza de la población en sus médicos de familia, potenciando sus medios y conocimientos, e impulsando la aplicación de protocolos adecuados. Si España va bien…puede y debe permitírselo ya que el interés primordial del gobierno y autonomías debe ser el bienestar de la población
Maximiliano Diego El Adelanto 16 de Noviembre de 2002