El derecho a nacer, no es lo mismo que el derecho a la Vida Iniciada. Algunas personas, ponen más empeño en que se cumpla el Derecho a nacer, que a que se cumplan los Derechos Humanos, recogidos en una consensuada Declaración Universal.
En estos momentos, por ejemplo, deteniéndonos en uno de los principales derechos del ser humano, la Salud, los movimientos que se perciben en el territorio español, caminan en sentido contrario a procurar para cada ciudadano la atención sanitaria que precise, con independencia de su situación personal. Todo apunta, que, en líneas generales, la posibilidad de atención sanitaria, quedará vinculada a las capacidades económicas del ciudadano, si puede pagarla o no; porque parece ser, que las deudas del Estado, limitan las posibilidades de las prestaciones del Sistema Nacional de Salud.
A esto, cualquier ciudadano medio, es lógico que tenga serias cosas que objetar. No se entiende, que por un motivo económico, se detenga, se ralentice o se deteriore la Sanidad Pública, y menos se entiende, cuando vemos que el Gobierno, responsable de la Administración del Estado, da preferencia a utilizar fondos públicos para ayudar a sectores como el financiero, de marcado carácter privado, anteponiendo esta decisión a las necesidades de los sectores públicos, entre otros, la Sanidad.
Llama la atención, como proliferan las Empresas, cuyo objetivo parece ser el cuidado de la salud, pero cuyo prioritario propósito es hacer negocio y cómo, otras empresas privadas, son contratadas por la Administración para, sustituir o complementar las tareas que hasta ahora eran responsabilidad de la Sanidad Pública. ¿Nos vamos a permitir, hacer negocios con la salud? «Con la salud no se juega» «es más fácil destruir que construir». Vamos marcha atrás, retrocedemos, asumimos que la vida es negocio, sobre todo, y el que no sepa hacerlos le tocará vivir como quiera el que si sabe.
Clara Argüello. El Adelanto 2 diciembre 2012