El Ejecutivo ha dado pasos legislativos para transformar los centros sanitarios públicos en fundaciones con autonomía de gestión. Ahora busca el apoyo de los sindicatos y les ha presentado el proyecto de reglamento de funcionamiento de los distintos tipos de fundaciones.
Los sindicatos gremialistas no dudarán finalmente en darle su apoyo a cambio de asegurarse la situación laboral de sus afiliados.
Los sindicatos de clase se enfrentan a una gran responsabilidad, pues, además de defender los derechos laborales legítimos de los trabajadores del sector sanitario, tienen la obligación de defender el propio sistema público de salud. De esto responderán ante todos los ciudadanos. No hay que olvidar que el patrimonio sanitario público se ha forjado durante años con una parte del salario de los trabajadores y ahora va a servir a las fundaciones como punto de partida con el que comenzar a ser empresa y negociar. A partir de la Ley General de Sanidad el patrimonio acumulado fue puesto solidariamente a disposición de todos y crece con sus impuestos para ofrecer los servicios sanitarios de forma equitativa y universal. Es obligación de los sindicatos defenderlo.
Concha Ledesma.
Pubicado en «El Adelanto», 5 junio 1999