Mientras las autoridades municipales, regionales y eclesiásticas, con el partido popular a la cabeza, se gastan nuestros impuestos en organizar y transportar miles de manifestantes contra todas las políticas del Gobierno central (aprobadas por mayoría democrática) la sanidad regional sigue desorganizada, sin adecuación del presupuesto a las necesidades reales y mayoritarias, con escasa renovación tecnológica, el personal muy desmotivado y pésimos objetivos sociales, ayudas a domicilio, o atención a las necesidades de los ancianos.
Hecho en falta que se manifiesten al menos igual para criticar las deficiencias en que viven algunos grupos importantes de población, con menor repercusión mediática pero en mayor medida necesitados de apoyo. Deberían ampararles de acuerdo con sus enseñanzas políticas, evangélicas o de justicia social. Derrochamos importantes esfuerzos y recursos para impedir que vuelvan a Cataluña unos cuantos papeles, requisados policialmente; todo por los fines populistas de un alcalde que no mueve un dedo para que los Servicios Sanitarios de referencia no sigan marchándose de Salamanca. La escasa amplitud de miras y de autocrítica está empobreciendo Salamanca en detrimento de León y Valladolid que cuentan con nuevos Servicios y Hospitales en marcha. Y próximamente Burgos, donde construirán un nuevo hospital, cuando aquí seguimos sin ver un euro del Plan Director…y sin tener resuelto siquiera el aparcamiento.
Necesitamos que el partido popular asuma de una vez su derrota electoral, haga política constructiva, no revanchista, y que se dedique a mantener y mejorar la Sanidad Pública, que es de su competencia. Necesitamos posiblemente también que las jerarquías eclesiásticas vuelvan a leer el evangelio para prodigar más sus mensajes contra la guerra, la ayuda a los desprotegidos y se preocupe menos de la sexualidad, los preservativos, los matrimonios civiles, la sedación de pacientes terminales o la investigación con células madres.
Maxi Diego. El Adelanto 25 Junio 2005