Reducir a la mitad la pobreza extrema, reducir en dos terceras partes la tasa de mortalidad de los niños menores de 5 años, reducir la tasa de mortalidad materna en tres cuartas partes, detener y comenzar a reducir la propagación del VIH/SIDA, detener y comenzar a reducir la incidencia del paludismo y otras enfermedades graves, reducir a la mitad el porcentaje de personas que carecen de acceso al agua potable y a servicios básicos de saneamiento, proporcionar acceso a los medicamentos esenciales en los países en desarrollo…. Son algunos de los llamados “objetivos de desarrollo del Milenio” aprobados solemnemente en septiembre de 2000 por los gobiernos de 189 países en la Asamblea General de Naciones Unidas. El horizonte para lograr estos objetivos es el año 2015 pero, al ritmo actual, ninguno de los objetivos se cumplirá e incluso se está produciendo un empeoramiento de la situación. El 40 % de la humanidad vive con menos de 2 € al día, mientras que 500 personas ganan diariamente más que los 416 millones más pobres del mundo.
En África subsahariana y Asia meridional los pobres son cada vez más pobres y uno de cada seis niños muere antes de los 5 años, mientras en España mueren al nacer 4 niños de cada 1.000, en Níger mueren 152 y la mayoría podrían salvarse con medidas bajo costo (vacunas, antibióticos, sueros, etc.). Una de cada 16 mujeres africanas muere durante el embarazo o el parto; en Sierra Leona una de cada 6, en España una de cada 17.400. La prevalencia de VIH ha aumentado en todas las regiones del mundo: en 2005 hubo 4 millones más de contagiados de VIH y solo el 12 % tiene acceso a los retrovirales; un niño muere de malaria cada 30 segundos, la tuberculosis sigue aumentando, 5 millones de personas mueren anualmente por beber agua en mal estado…
Este panorama de pesadilla me recuerda las palabras de Ronald Labonté, especialista en Globalización, Igualdad y Salud, que, en sus peores sueños, ve “un mundo cada vez con más puertas clavadas por los ricos para defenderse a sí mismos contra una masa creciente y en expansión de pobres”. ¿Despertaremos antes de que esto suceda?
José Luis Garavís.
Publicado en «El Adelanto», 28 Octubre 2006