Está en crisis la Atención Primaria de nuestro país? Si creemos a los presidentes de las tres sociedades científicas (nada menos que tres sociedades científicas de primaria hay en España), a la presidenta de la Comisión Nacional de la Especialidad de Medicina de Familia y a los líderes de los sindicatos representativos del sector, ¿a quién, sino, debemos creer?, el primer nivel asistencial está atravesando una grave crisis.
La voz de alarma ha sonado ya en demasiadas ocasiones, la última, hace apenas tres semanas, cuando, al finalizar el plazo de adjudicación de plazas MIR, por tercer año consecutivo no se han cubierto las plazas de Medicina de Familia: de las 301 plazas vacantes este año, 253 corresponden a Familia. Los médicos recién licenciados no sienten ningún interés por la Medicina de Familia, la consideran la maría de todas las especialidades y tras realizar el examen MIR, si pueden, eligen otra. Las plazas para Medicina de Familia son las últimas en adjudicarse y no son pocos los que prefieren repetir la prueba al año siguiente antes que optar por un futuro profesional en un centro de salud. Al médico joven no le atrae nada tener una consulta diaria de 40 ó 50 pacientes, dedicar la mitad de su tiempo a hacer recetas, partes de baja, informes absurdos, volantes de derivación a otros especialistas; no le atrae no tener tiempo ni medios para investigar; ni una especialidad que considera, no sin razón, carente de prestigio académico, no le atraen el entorno laboral duro y poco incentivado en que se desenvuelve la Primaria.
Con este panorama, en un escenario de déficit de médicos, y ante la perspectiva de una jubilación masiva dentro de 15 años, hay que reconocer que la situación es más que alarmante. Se necesitan médicos de familia pero no los habrá si no hay una apuesta política importante que incremente la financiación, mejore las condiciones laborales, propicie nuevos modelos organizativos y aumente el prestigio académico de la especialidad
José Luis Garavís.
Publicado en El Adelanto, 10 Mayo 2008