Hace 25 años se inició una profunda reforma de la Atención Primaria.
Hubo que convencer a un buen montón de profesionales de que la Atención Primaria merecía la pena. Y tras algunos trabajos y aflicciones, empezó a funcionar. Ha pasado ya un tiempo para poder considerarlo en perspectiva.
Distintos profesionales bien valorados hacen una lectura crítica no tanto de los resultados como sobre los principios en los que se basa el modelo; los principios de Alma Ata, dicen, estaban redactados para el tercer mundo; a sus seguidores en España les llamaban «los cubanos»; aunque el modelo se implantó con la UCD.
Las encuestas siempre han mostrado muy buena aceptación por parte de los usuarios.
Y otros hacen una lectura negativa basándose en los resultados. Muchos profesionales no han renunciado, en estos 25 años, a que la Atención Primaria sea la puerta de entrada al Sistema Sanitario de Salud.
Pero los poderes públicos no siempre han hecho todo lo posible. Con absoluta contundencia se han empecinado en no incrementar ni un ápice el porcentaje del presupuesto destinado a la Atención Primaria y con contumacia se han dedicado a incrementar el desequilibrio de financiación entre la medicina de especialidades y la Atención Primaria.
Con estas premisas es difícil hacer una valoración imparcial de lo que el modelo puede dar de sí. Resulta injusto que se intente evaluar el modelo de Atención Primaria, tal y como está, como si fuera un resultado final.
Puede resultar chocante que los están impidiendo el desarrollo de la Atención Primaria sean al mismo tiempo los que valoren sus resultados.
No se ve a menudo a los políticos en la sala de espera de un Centro de Salud, así es que ¿Por qué van a tener que votar a favor de una mejor financiación de la Atención Primaria, si ellos no la usan?
Hubo que convencer a un buen montón de profesionales de que la Atención Primaria merecía la pena. Y tras algunos trabajos y aflicciones, empezó a funcionar. Ha pasado ya un tiempo para poder considerarlo en perspectiva.
Distintos profesionales bien valorados hacen una lectura crítica no tanto de los resultados como sobre los principios en los que se basa el modelo; los principios de Alma Ata, dicen, estaban redactados para el tercer mundo; a sus seguidores en España les llamaban «los cubanos»; aunque el modelo se implantó con la UCD.
Las encuestas siempre han mostrado muy buena aceptación por parte de los usuarios.
Y otros hacen una lectura negativa basándose en los resultados. Muchos profesionales no han renunciado, en estos 25 años, a que la Atención Primaria sea la puerta de entrada al Sistema Sanitario de Salud.
Pero los poderes públicos no siempre han hecho todo lo posible. Con absoluta contundencia se han empecinado en no incrementar ni un ápice el porcentaje del presupuesto destinado a la Atención Primaria y con contumacia se han dedicado a incrementar el desequilibrio de financiación entre la medicina de especialidades y la Atención Primaria.
Con estas premisas es difícil hacer una valoración imparcial de lo que el modelo puede dar de sí. Resulta injusto que se intente evaluar el modelo de Atención Primaria, tal y como está, como si fuera un resultado final.
Puede resultar chocante que los están impidiendo el desarrollo de la Atención Primaria sean al mismo tiempo los que valoren sus resultados.
No se ve a menudo a los políticos en la sala de espera de un Centro de Salud, así es que ¿Por qué van a tener que votar a favor de una mejor financiación de la Atención Primaria, si ellos no la usan?
Ildefonso Esteban.
Publicado en El Adelanto, 21 Junio 2008