Negro, como los nubarrones que amenazan a nuestro sistema sanitario público. En una comida de compañeros en mi centro de salud, a la hora de los brindis y deseos futuros, alguien lanzó al aire un recuerdo para los trabajadores encerrados en Madrid, después al pensarlo, analizas que son gente que evidentemente están defendiendo su puesto de trabajo, pero va más allá, también se lucha, porque se desmantela el mejor sistema sanitario posible para nuestro país. Cierto es, que todos hemos podido hacer más para defenderlo, pero la sensación que se tiene es que nos deslizamos sin remedio a su fin, la incertidumbre existente está alimentada por una pasividad en la gestión de las administraciones, justificando su privatización. Donde están los prometidos proyectos (receta electrónica, reordenación que no destrucción de plantillas, el plan director etc.)
Está claro, hay un pastel, en cuyo reparto compiten grupos definidos con una característica común, buscan un rendimiento económico como interés principal, que no cuenten milongas, además son los mismos que han estado medrando en el lado oscuro de nuestra crisis socio-económica incluyendo a varios gestores públicos , empresas de alto riesgo en sus operaciones que no van a anteponer el estado de bienestar , la prevención y la solidaridad a una cuenta de resultados.
Lo peor de descapitalizar un sistema es que es muy difícil la marcha atrás, pues se destruyen los activos estructurales y humanos que lo apoyan.
Parece que el carbón lo reciben aquellos que no tienen culpa (pacientes, trabajadores) y el verdadero regalo se lo llevan los que nos han conducido a esta situación. Qué contradicción!
En Castilla y León, el beneficio no es tan jugoso por factores como la población envejecida, la dispersión geográfica, el poder económico, pero acabará llegando de forma más o menos encubierta la privatización de un derecho tan fundamental como es el de la salud y ahí perdemos casi todos.
Antonio Julián Martín. El Adelanto 6 Enero 2013