Por fin, ha salido adelante en el Congreso de los Diputados una modificación de la Ley del Medicamento de 2006, por la cual queda legalmente resuelto el papel de enfermeras y podólogos en relación con la prescripción de medicamentos. La solución no parece que sea definitiva sino solo provisional. En primer lugar, quedan fuera de la ley los fisioterapeutas, en segundo lugar, la solución escogida, no parece contentar a nadie.
Enfermería esperaba poder hacer recetas y no solamente «aconsejar o indicar» fármacos que no precisan receta y se pueden conseguir «sin contar con nadie» (¿Con nadie? ¿El farmaceutico no es nadie en el tema de fármacos?)
Los médicos temen que sea un aplazamiento. Consideran que antes o después acabarán teniendo que ceder este terreno, tradicionalmente de su exclusiva competencia.
Muchos lo consideran una pelea entre estamentos. Recetar es manejar recursos económicos, asi que en definitiva, sería solo una pelea por una porción de poder.
Existe otra perspectiva en cuanto que los nuevos planes de formación tienden a aproximar a los diplomados en Ciencias de la Salud, hasta llegar a un profesional más versátil, y más intercambiable que permita un cambio paulatino en las competencias de las distintas profesiones sanitarias.
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