Se define como empatía, la identificación mental y afectiva de una persona con el estado de ánimo de otra; la participación afectiva de una persona en la realidad de otra. En resumen tener la capacidad de ponerse en el lugar de otra persona, comprender e identificarnos con sus sentimientos, y establecer así una relación emocional más próxima. Pocas áreas como la sanitaria para encajar esta conducta.
Se observa con cierta frecuencia entre profesionales sanitarios, como en el devenir del desempeño profesional se van adaptando a rutinas, aceptando de forma acrítica realidades llenas de incidencias, y desarrollando un trato interpersonal con los pacientes enormemente neutro, cuando no excesivamente duro. En parte, es lo que tiene el desempeño de una profesión mucho tiempo.
Pues bien, siguiendo con la fotografía social de estos profesionales, se observa repito, que cuando son ellos o sus muy próximos los que se sitúan en el papel de pacientes, cuando llega la enfermedad, desarrollan un sentido crítico, incluso exacerbado, con las disfunciones del sistema sanitario –que son bastantes-, criticando, denunciando, o quejándose amargamente de las demoras, de la escasa información, del trato inadecuado o distante… Experimentando en definitiva lo que muchos pacientes perciben; hechos que se agigantan y agravan en los momentos de enfermedad, donde el desvalimiento, la incertidumbre o los temores se adueñan de la mente del enfermo.
Mucho ha evolucionado la medicina como arte de curar el cuerpo, no tanto en el de comprender y consolar al enfermo.
En estos momentos de crisis, aunque la vida es una crisis en sí misma, potenciar estos aspectos, la empatía, cobra más importancia aun. No se trata de una mera llamada al buenismo –que porqué no-, ni ha de confundirse la empatía con la complacencia. Se trata de ponernos en el lugar del otro, y más cuando sufre.
Esto además de mejorar el desempeño profesional, será crucial para aumentar la legitimidad social del sistema sanitario público.
Salamanca, 18 de agosto de 2013 . Miguel González Hierro