La fortaleza de su Atención Primaria marca una diferencia entre los sistemas de salud. Como puerta de entrada y gestor de pacientes reduce el coste general, garantiza la accesibilidad, proporciona satisfacción a los usuarios y aleja el peligro de una sanidad tipo “supermercado con carrito de la compra” (Ese peligro cada vez más visible). Es además, desde el punto de vista clínico, el único elemento del sistema que conserva la visión completa de la persona enferma o susceptible de enfermar. El control de las enfermedades crónicas, tarea compartida pero con una gran parte de responsabilidad en la Atención Primaria es otro valor inherente a ella.
En España partíamos de una excelente estructura de base que estamos dejando pudrir.
Los recortes que están afectando a toda la sanidad, se notan en Primaria en el estancamiento en el gasto que se mantiene en 15-15.5% del gasto sanitario público anual desde el año 2002.
Estos días las empresas de tecnología sanitaria (FENIN) se lamentaban en un foro público del descenso de gasto en tecnología por parte de la administración pública. Publican que el 30% de los equipamientos tecnológicos están obsoletos por tener más de 10 años. El consejero de sanidad de Castilla la Mancha, señor Echaniz les responde que “la sanidad debe ser uno de los principales motores de la recuperación económica porque es un sector estratégico, moderno e innovador”. Esta respuesta ilustra cuál es el modelo de sanidad que está implantando el partido que gobierna. Un modelo que no ve la sanidad como un derecho ciudadano sino como un elemento de la economía de mercado.
La importancia de la tecnología sanitaria y de su modernización permanente es consustancial a la medicina moderna pero también es cierto que en sanidad y en particular en la Atención Primaria, la principal tecnología sigue siendo el profesional. Este, está siendo relegado mediante condiciones de trabajo precario que le conducirán sin remedio a la falta de implicación con el sistema. Una implicación gracias a la cual la generación anterior tira todavía del carro de la sanidad pública.
Las escasas perspectivas que se vislumbran en concreto para la medicina de familia, hace que los jóvenes huyan de esta especialidad que es vista como intento fallido. En el último MIR, 243 plazas de médicos de familia quedaron sin cubrir en la primera ronda. Este abandono de la Atención Primaria y sus profesionales es también muy significativo de a quién sirve la política sanitaria actual.
Importantes empresas y no solo de tecnología sino, lo que es peor, financieras están detrás de las decisiones, que están llevando al modelo sanitario por un camino que los ciudadanos empiezan a ver con temor.
El último barómetro sanitario del CIS de octubre de 2013 coloca la sanidad en el 5º lugar de las preocupaciones de los españoles, tres puntos más preocupados que hace un mes.
La política está para servir y representar a los ciudadanos y no a los intereses del mercado y/o de los mismos políticos.
Concha Ledesma 13 noviembre de 2013
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