Todos tenemos debilidades: nadie es perfecto. En época de elecciones a mí me da por leer los programas electorales de los partidos políticos y atiendo más, naturalmente, a lo que conozco un poco: la sanidad. He comprobado que un serio problema de salud les amenaza: apostar; aún más: apostar decididamente. Todos hacen apuestas decididas. No es una ludopatía indecisa, es firme, con empeño, porfiada.
Y luego están los verbos: ¡qué panoplia! Promover, priorizar, fomentar, desarrollar, mejorar, impulsar, extender, elaborar, apoyar, actualizar, establecer, facilitar, garantizar, incrementar, potenciar. Las herramientas de búsqueda en los textos electrónicos permiten algunos juegos. Por ejemplo, aparece mucho más la palabra potenciar que la palabra trabajar; de hecho, esta última no aparece en ningún momento en el capítulo sanitario de uno de los programas.
Y, salvo apostar, es más, apostar decididamente, ¿es posible ejercer tantas acciones sin trabajar? Imagino a comisiones y subcomisiones, comités y subcomités, aparatos y órganos políticos, facilitando y garantizando, incrementando y potenciando, actualizando y apoyando y al ciudadano aturdido por tanta retórica baldía preguntándose quién lo va a hacer. Porque para tanto verbo que se usa habrá que lidiar con conflictos de intereses, desmontar grupos que presionan en uno u otro sentido, apartar dineros de un sitio y disponerlos en otro, contentar a unos y dejar a otros insatisfechos, buscar el bien común y no el particular, es decir: habrá que hacer política.
Pero de política en los programas electorales hay poco: como creo que ya he dicho todo queda fiado al azar, a las apuestas decididas. He intentado, por ejemplo, enterarme de cómo resolverán las listas de espera, los tiempos de demora y he sido incapaz. Si es por apuestas, se me ocurre el formato de rasca y gana: el paciente acude a su centro de salud, retira el boleto en el área administrativa y, si le toca, acude a la consulta especializada o a hacerse tal o cual prueba diagnóstica. Que hay retrasos: menos boletos acertantes; si nos la hay, más. Piénsenlo, la Administración de Loterías y Apuestas del Estado es de las que mejor funcionan.
José Manuel Iglesias.
Publicado en «El Adelanto», 23 Febrero 2008