Cien días es el plazo habitual de cortesía para hacer una primera valoración de un cambio político. Se entiende que es un tiempo prudente para adaptarse a la nueva situación y tomar las primeras medidas. Hace ahora cien días de las transferencias sanitarias del Insalud a la Junta y aunque será necesario hacer una reflexión más profunda sobre lo acontecido en este periodo, parece pertinente adelantar algunos detalles.
La primera constatación es que el sistema no se ha derrumbado y que el cambio ha sido casi imperceptible. Una estructura tan compleja y con profesionales altamente cualificados es capaz de pervivir por simple inercia no se sabe cuanto tiempo. Al aparente inmovilismo contribuyen la prorroga de cogestión, solicitada al Insalud, y la permanencia en los cargos de muchas personas que ya estaban.
La segunda constatación es la falta absoluta de información para la ciudadanía y los profesionales acerca de las intenciones de los nuevos gestores. Apenas unas vagas declaraciones de intenciones y los necesarios Contratos de Gestión para el año en curso. Casi nada sobre el modelo sanitario a implantar o cómo resolver los problemas pendientes más importantes (listas de espera, cartera de servicios, política de personal, atención sociosanitaria, etc.)
Se ha diseñado una estructura directiva central faraónica, pero aún estamos pendientes del diseño de la estructura periférica, lo cual puede originar fricciones como las aireadas en atención primaria en nuestra provincia. En atención especializada destacar los cambios, en principio positivos, en la dirección de nuestro hospital. Queda por definir que se quiere hacer de los Montalvos o que va a ser el cacareado Centro de Especialidades de Ciudad Rodrigo.
Aurelio Fuertes El Adelanto 13 Abril 2002