Lo saben los políticos: Los ciudadanos quieren, valoran y necesitan que el servicio sanitario público sea fuerte, de calidad, moderno y próximo, más que nada por la tranquilidad que proporciona. El cierre reciente de un hospital privado quizá sea prueba de ello. La novedad es que empieza a haber por parte de los ciudadanos vigilancia cercana, observación directa. No nos referimos a reclamaciones que con mayor o menor fundamento buscan una ventaja individual, generalmente en forma de indemnización económica (en todo caso legítima), sino una vigilancia sobre el funcionamiento, las inversiones, el gasto, los resultados, las expectativas etc, que buscan una mejora colectiva. En este camino veo a la población de la comarca de Ciudad Rodrigo cuando tratan de conocer las causas y soluciones de las listas de espera (¿por qué 4 meses para una consulta de urología?, es un ejemplo).
La participación de la comunidad en el sistema sanitario tenía previstos unos cauces legales que nunca han funcionado porque no se les dio poder para decidir y porque su representación estaba falseada, son los Consejos de Salud en la Atención Primaria. En el hospital, ni eso, pues las Juntas Técnico Asistenciales son, en todo caso, una forma de participación de los sanitarios en la gestión, pero no de la comunidad. La gente en la calle se está dando cuenta de que su papel como elemento de presión es fundamental para que instituciones, sindicatos, políticos y hasta profesionales demos respuesta a lo que se necesita de nosotros.
Concha Ledesma. El Adelanto 10 agosto 2002