De forma recurrente se habla del asunto del copago. Esta vez fue la Consejera de Sanidad de la Generalitat animada por la medida establecida en Francia de cobrar un euro por consulta al médico. A continuación, la Ministra, menciona, para conseguir más recursos, los impuestos finalistas sobre los hidrocarburos y otros impuestos indirectos sobre el alcohol y el tabaco (que gravan sin discriminar el nivel de renta) o que los pensionistas paguen parte de las medicinas.
¿Por qué el tabaco y no la vida sedentaria, la comida grasa… Son también prácticas poco sanas que conducen a patologías que nos cuestan dinero. ¿Por qué la gasolina, cuando tanta gente utiliza los vehículos como herramienta de trabajo y deben financiar con ella la sanidad que ya financian con los impuestos?
Sólo hay una forma de hacer frente al gasto sanitario si se quiere mantener un sistema universal (casi todo, para casi todos) y se basa en:
1- Financiación a través de impuestos en función de la renta.
2- Control férreo del gasto farmacéutico.
3- Gestión espartana de los recursos.
4- Educar a la población en el uso adecuado de los recursos, ¡largo me lo fiáis!
La otra opción es restringir las prestaciones que se financian por el sistema pero ¿cuales y a quién?
Imagínense una casilla en la declaración de la renta que dijera: Si quiere financiar una SANIDAD PÚBLICA UNIVERSAL DE CALIDAD marque con una «X». La población diría que sí, que quiere tener la sanidad a cubierto. Y si no lo creen, pregunten
Concha Ledesma El Adelanto 7 Agosto 2004