El cierre de plantas en el Complejo Asistencial de Salamanca ha comenzado. Ya se han anunciado los cierres para el verano aunque ha habido un anticipo en la última semana. No sé qué sentido tiene cerrar plantas para después tener que derivar los pacientes a la medicina privada. Aunque sospecho que el fin primordial es derivar y la forma de justificarlo es cerrando servicios.
La plantilla del Sacyl se sigue recortando. Tras las jubilaciones la reposición no es completa y año tras año la disminución ya es considerable. Venimos diciendo que el servicio público se va deteriorando poco a poco y los más inocentes y los comprometidos con el partido del gobierno, aunque también conscientes del deterioro, lo justifican por la crisis o lo disculpan de mil maneras. Esto parece premeditado y volveremos a tener un decreto en el que se diga “…por la sostenibilidad del sistema no queda más remedio que…” y aquí llegará el recorte, el nuevo copago o poner en manos de capitales privados parte de nuestro sistema público.
Las consecuencias de los recortes en la plantilla eran esperables: aumento de las listas de espera, que en Salamanca en el 2015 han sido las únicas de CyL que han aumentado, sobrecarga de trabajo en el hospital con movilizaciones internas inadecuadas para poder cubrir los puestos de trabajo, cierre de plantas, ya no solamente en periodos de vacaciones y desesperación de la población que ve como las listas de espera no se mueven o, incluso, siguen aumentando. En el Barómetro Sanitario 2015 (valoración del sistema público por los ciudadanos), dado a conocer recientemente por el Ministerio de Sanidad, las listas de espera siguen siendo una de las mayores preocupaciones. Casi la mitad de los encuestados (45´51%) consideran que no se ha hecho nada para mejorarlas.
Mientras tanto la sombra de la corrupción y del despilfarro planea por encima de nuestras cabezas (Hospital de Burgos, trama eólica, “perla negra”). Tiene que haber recortes para poder hacer frente a todos estos gastos y los de los asesores y las fundaciones.
En el citado Barómetro Sanitario el Sacyl ha salvado los muebles con una nota de 6´70 (media de España de 6´38), y según palabras del Consejero Sáez Aguado “gracias al esfuerzo y compromiso de los profesionales” y así lo creo también porque desde la Consejería han hecho hasta lo imposible para estar por debajo de la media nacional, cosa que no han conseguido.
Pablo de Unamuno.
ASOCIACIÓN PARA LA DEFENSA DE LA SANIDAD PÚBLICA