En 1993, el gobierno, entonces del PSOE, decidió que una serie de fármacos no serían financiados con cargo al sistema nacional de salud. Se trataba de medicamentos considerados de utilidad terapéutica baja (UTB), sin embargo hubo una fuerte oposició política y aquella decisión, fue desde entonces conocida como » el medicamentazo». Estamos, pues, ante el medicamentazo II, y es ahora un gobierno del partido popular el que ha decidido ampliar la lista. El planteamiento aducido por el Ministerio de Sanidad, es ahorrar con esta medida 35.000 millones de pesetas, con las que resolvería parte del problema de financiación sanitaria provocado, entre otras razones, por el agujero de la sanidad catalana.
Obviamente, no estamos de acuerdo con este planteamiento y además entendemos que puede ser engañoso, porque los estudios realizados tras el primer medicamentazo, parecen demostrar que no fue una medida ahorradora, sino más bien lo contrario (tal vez los médicos sustituyeron los fármacos excluidos por otros de mayor coste). Vemos con preocupación esta medida, porque , como siempre, si hay perjudicados ,serán los más enfermos y los más pobres, que son los que más medicamentos consumen y aunque son de UTB, lo seguirán tomando y pagando, pues , son también los menos informados.
La medida , tiene su lado positivo, ya que muchos de los fármacos excluidos son asociaciones que resultan menos recomendables que los medicamentos simples y que por tanto, en realidad, deberían ser retirados del mercado. Menos clara es la exclusión de algunos fármacos de probada utilidad aunque para patologías menores, pero que causan malestar y ahora deberán pagar para eliminar sus molestias.
Concha Ledesma. El Adelanto 14 Febreo 1998