La oposición no ha hecho méritos para ganar más votos, y una vez más el Partido Popular triunfa en nuestra Comunidad. En sanidad, su postura es de mínimos; eso sí, con gran publicidad para hacer creer que los proyectos son realidades.
Los ejemplos de la asombrosa pasividad de la Junta son incontables: Ley de Ordenación Sanitaria (1993) sin desarrollar; redistribución de sanitarios titulares pendiente desde hace 12 años; oposiciones sin convocar; planes de salud (y van 2) que son meras intenciones; falta total de impulso a la coordinación de urgencias (061); el hospital de Los Montalvos sin proyecto…
Así, tras unos resultados electorales que suponen un elogio de la inmovilidad, debemos admitir que si una mayoría de la población no percibe como perjudicial esta política sanitaria de mínimos, no sancionará negativamente a los gobernantes, y, por otro lado, si las autoridades sanitarias no atisban un malestar en la población que les disminuya los apoyos, tampoco variarán su política de pasividad que tan rentable les está siendo. La solución quizá venga desde lo inesperado.
Miguel González Hierro.
Publicado en «El Adelanto», 19 junio de 1999