El deterioro del sistema público de salud español y del castellano- leonés en particular, es tan grande que estamos a las puertas del colapso. Esta es la percepción que tengo desde mi consulta, resultado del análisis de la realidad a través de la visión de los pacientes y de los medios de comunicación. No tengo otras fuentes fiables. Seguramente si el lector pertenece a la élite gestora de la sanidad pública, estará pensando que exagero o que me mueven perversas ideas antisistema. Pues no, sólo soy un médico de familia que trabaja en el sistema público de salud y cuento lo que veo y vivo cada día.
Las listas de espera en algunas especialidades son enormes en la comunidad autónoma de Castilla y León. En el caso de Salamanca, oftalmología, traumatología, urología, cirugía…se encuentran en límites incompatibles con la funcionalidad.
De nada sirve la existencia de esos servicios si no son accesibles. Más de año y medio de espera para una primera consulta en oftalmología sin que importe cual sea la patología que la motive, grave o leve, que suponga riesgo de ceguera o no. La lista de espera quirúrgica puede convertir lo que en principio es un problema de salud fácilmente resoluble, por ejemplo la presencia de cálculos en la vesícula biliar, en una patología que ponga en serio riesgo la vida del paciente por una muy grave pancreatitis. No sé si en esos servicios alguien valora la patología por la que se solicita asistencia y prioriza la atención por la gravedad o sólo es un papel en una pila de ellos que se atiende, en el mejor de los casos, cuando le toca el turno. Es cierto que cuando la urgencia se presenta, en algunos casos como el descrito anteriormente de forma muy previsible, el sistema funciona con eficacia y eficiencia, resolviendo con rapidez y técnica adecuada. Pero… ¿hace falta llegar a poner en riesgo la vida del paciente?, ¿ no es posible priorizar la necesidad de intervención?. O ,¿no hay suficientes profesionales a causa de los recortes producidos en el servicio público de salud porque el dinero público se deriva hacia arcas privadas por diferentes vías, como por ejemplo a financiar el nuevo hospital de Burgos?.
Pero volvamos a la priorización de la atención a los problemas de salud en el hospital… ¿ Porqué no se tiene en cuenta al médico de familia que conoce la situación biológica y social del paciente? Ya hay servicios funcionando así. La U,C.A.I. o la U.C.A., atienden a los pacientes en estrecha coordinación con los profesionales de atención primaria .
La siguiente pregunta es si a nuestros gestores les interesa desarrollar la atención primaria más allá del manido discurso electoral . ¿Realmente hay una decisión política de promocionarla? . ¿Hay una decisión estratégica y táctica para que la atención primaria sea el centro del sistema público de salud?. ¿ Hay una decisión ética fundamentada en que todos los residentes en España tengan acceso a la atención sanitaria pública sin exclusiones?.
Si los profesionales de atención primaria y los médicos de familia en particular fueran los coordinadores reales de la atención sanitaria de los ciudadanos el sistema mejoraría su eficacia y equidad. Si un médico de familia , al detectar una necesidad sanitaria en un paciente , tuviera la capacidad de gestionar todas las pruebas complementarias y la coordinación con el hospital, la asistencia sería adecuada. Alguien podría decir que es una utopía, que los médicos de familia no sabemos….
Pues si. Estamos muy bien preparados y en un posición social ideal para la toma de decisiones. Adecuados servicios de auditoría detectarían los problemas que pudieran existir en este modelo de funcionamiento y pondrían en marcha los mecanismos de corrección.
Creo llegado el momento de realizar los cambios para que la atención primaria sea realmente el centro del sistema, pero ello exige como premisa gestores realmente interesados en promover un sistema de salud público eficiente y esta condición no se da a día de hoy . Ese cambio está en manos de los habitantes de este país. Hagámoslo posible.
Emilio Ramos Delgado. Asociación Para la Defensa de la Salud Pública. Salamanca 21 de abril de 2016.