El Ministerio de Sanidad y Política Social quiere implantar después del verano lo que se viene llamando la factura fantasma o en la sombra. En ella se detallarán los gastos que el paciente origina en el servicio público, pero, de momento, no tendrá que pagar nada de esa factura, ni tan siquiera un tanto por ciento, que tal vez sea el siguiente paso (copago).
La factura en la sombra pretende recordar al usuario que la Sanidad Pública no es gratis y concienciar en el uso racional del servicio público que no tiene los recursos ilimitados.
Con esta medida se plantean varias dudas: Es necesario que los ciudadanos la comprendan y la acepten para que derive en un buen uso del sistema público. Otro problema es si la puesta en marcha no originará más gastos dado que la administración tendrá que destinar más recursos humanos para ponerla en marcha. Otra cuestión es si el Ministerio o los Servicios Regionales de Salud (SRS) tienen bien catalogados los costos de todos los GRD (Grupo Relacionado de Diagnóstico) para poderlos facturar. Probablemente en muchos hospitales y SRS falta un buen sistema de contabilidad de costes, sin el que la facturación resultante no tendría fiabilidad.
Pero no solamente el usuario debe concienciarse del gasto que representa cualquier actuación en sanidad, si no también los profesionales que trabajan en los hospitales, centros de salud, consultorios, etc. controlando la solicitud de pruebas diagnósticas innecesarias o la utilización de fármacos de dudosa e incluso a veces probada ineficacia.
¿Es ésta una medida de ahorro, es una campaña para concienciar al ciudadano para el uso racional del Servicio Nacional de Salud, o una campaña electoralista dado que se informará al ciudadano de todo lo que el Estado (léase Gobierno) está haciendo por él?
Confiemos que lo que se pretenda con la factura fantasma sea simplemente informar a la población y educarla para una utilización racional de la sanidad pública y no como introductor de un copago. Sería lamentable que el verdadero necesitado de la sanidad se sintiera coaccionado por esa información.
Pablo de Unamuno. El Adelanto 7 Agosto 2010