En el desarrollo de un brote infeccioso, intervienen multitud de factores que lo condicionan y por supuesto no todos biológicos, ni lógicos bajo el punto de vista científico.
La llamada «gripe porcina» tiene connotaciones particulares que al menos hacen reflexionar: en primer lugar se debería denominar como gripe humana de origen porcino (no está comprobado que la padezca el cerdo), pero además es reseñable donde han aparecido geográficamente los primeros casos o foco inicial, que pueden influir en el desarrollo de una pandemia. La gripe aviar, aún reciente, surgió en el sudeste asiático; el sida nació en África, la presente en Méjico. A pesar de sus peculiaridades (vías de transmisión, agresividad, etc.) está comprobado que nacen en zonas donde los determinantes ecológicos, económicos y sociales comprometen la salud de las personas por la condiciones deficitarias en las que viven. La rapidez en adoptar medidas correctoras depende de que el problema llegue al llamado mundo desarrollado.
En África el sida llevaba años evolucionando, en Asia la gripe aviar varios meses antes de conocerse en el mundo, en el caso actual ha sido cuestión de días que saltara la alarma en el vecino poderoso del norte para empezar a tomar medidas. La solución vuelve a pasar maltepe escort por invertir en los países subdesarrollados para mejorar sus condiciones de vida, hoy en día esto es una quimera, y por Madult.net ello seguirá habiendo epidemias, además con un factor favorecedor añadido: la universalización del transporte.
En nuestro país, debemos confiar en nuestro sistema donde una política única de salud publica para todas las comunidades, marque las directrices a seguir y se anticipe al «nerviosismo» de algún consejero, dejando trabajar a los profesionales a pesar de la presión mediática florya escort y al inquietante «no pasa nada» de nuestros dirigentes.
Algún mandatario de la OMS ha comparado la epidemia actual con la gripe de 1918, que se cobró millones de victimas. Está claro que las condiciones de desarrollo social, económico y científico no son equiparables. Habrá que cambiar la sede central a Kinshasa o Katmandú.
Antonio Julián.
Pubicado en «El Adelanto», 2 Mayo 2009