La gran actividad diaria de los centros sanitarios se traduce en una cosa intangible, el estado de salud de los pacientes, y otra, muy pesada y abultada, que son las toneladas de papeles generados en esa actividad. Son los «papeles íntimos»que van engrosando la carpeta-historia-vida de cada persona que pasó por el sistema sanitario.
Nadie duda de la importancia de estos documentos que además no tienen fecha de caducidad pero no caben en los centros y se ha intentado resolver entregándolos a empresas para que los almacenen y gestionen.
Desde nuestro punto de vista la solución es la digitalización de los datos clínicos que es ya realidad en otros centros y es lo que queremos para los públicos. Sin duda la informatización de las historias tiene sus riesgos, requiere un fuerte control sobre las claves de acceso, etc. tampoco resuelve por ahora el problema de la firma a efectos legales pero es un paso de gigantes: Desde la consulta y tecleando un apellido se tiene acceso a la historia completa incluso pruebas realizadas, imágenes de escáner y hasta la historia del médico de primaria, dejar concretadas las citas para pruebas pendientes etc.
Así, sin que los datos salgan de la estricta vigilancia y control del área médica de las instituciones sanitarias públicas se resuelve el problema de espacio y a la vez se facilitan las tareas burocráticas se evita duplicar pruebas, demoras en las citaciones y en fin, es una mejora global en la asistencia. En la era de la información no podemos seguir paseando «papeles íntimos» por el hospital y menos fuera de él pero, como siempre, hace falta dinero y ganas de que la sanidad pública se ponga las pilas.
Concha Ledesma.
Pubicado en «El Adelanto», 20 Mayo 2000