Resulta incómodo ir contracorriente, lo fácil sería apuntarse sin más -como están haciendo muchos- a pedir un hospital para Ciudad Rodrigo.
El asunto está estudiado, y desde la óptica de la planificación sanitaria y la eficiencia del empleo de recursos, es de todo punto inviable un hospital para 30.000 habitantes.
Bien es cierto que visto el reparto de inversiones anunciado por él ministro de Sanidad para nuestra región, y la sequía inversora en Salamanca, cabe pensar que los criterios de planificación siguen supeditándose a los políticos.
Aquí, además del análisis sanitario, es preciso el sociológico para entender las quejas de la población. Demorar las soluciones, sólo supondrá agravar la situación.
Pensar que el problema de las urgencias -el más grave de los planteados- se resolverá con un hospital no es ni técnicamente viable ni clínicamente riguroso.
En último caso el centro que pudiera lograrse tendría recursos limitados y sería utilizado en patologías menores, recurriéndose en las más severas al hospital, más dotado, de la capital.
No existen soluciones milagrosas: el hospital tampoco lo sería. La mejora en la atención sanitaria que, sin duda, merece Miróbriga y su comarca, pasa por un conjunto de medidas que eliminen la angustia ante las emergencias vitales y reduzcan las incomodidades actuales: en Atención Primaria, incremento de los servicios, impulso de la formación especialmente en urgencias y, refuerzo del sistema de guardias; aumento de los recursos técnicos de diagnóstico….
Miguel González Hierro. El Adelanto 25 julio de 1998