Hace unos meses se publicó el Borrador del IV Plan de Salud de Castilla y León que: ”Establece las líneas prioritarias en el ámbito de la salud.
El primer punto dudoso es cómo se han obtenido los datos necesarios para establecer que estos objetivos son las necesidades actuales de la población, ya que todos conocemos la dificultad que existe a la hora de recoger datos asistenciales, generalmente por la ausencia de programas informáticos, de tiempo y profesionales para realizarlo. Por ejemplo, me ha llamado la atención, por la duda que me presenta su elección, el objetivo general 22: “Mejorar la atención a personas con otros problemas de salud: enfermedades neurodegenerativas y enfermedad mental”. Citaré textualmente un párrafo para aclarar mi atención sobre él: “En cuanto a diagnóstico precoz, son varios los servicios de cartera de Atención Primaria que incluyen una valoración de estado afectivo en determinados grupos de riesgo. En el caso de las mujeres se realiza en servicios específicos, concretamente en la atención al climaterio” ¿Por qué centrarnos en el climaterio?
Un segundo punto de discusión es que el Plan supone un aumento de Programas sin aumento de personal para desarrollarlos. Por ejemplo, siguiendo con el tema de la salud mental, el objetivo 70 dice: ”Mejorar la atención a las personas con enfermedad mental, eliminar el estigma y promover acciones para su recuperación” y para ello dispone de 6 medidas: “Impulsar el modelo comunitario de atención a los trastornos, desarrollar procesos de salud mental para la población infanto-juvenil, desarrollar acciones para una parentalización positiva, luchar para la erradicación del estigma y potenciar la capacidad resolutiva de atención primaria”. Creo que se entiende que esto añade un importante volumen de trabajo extra al que habitualmente se viene realizando y en un momento en el que existen listas de espera en la atención, objetivo este de disminuir las demoras que no se contempla en este plan. Como hemos visto se dice que hay medidas pero más que medidas son objetivos parciales y no se habla de las estrategias a seguir o ni se exponen los protocolos que se deberán aplicar para homogeneizar la atención en todos los servicios. Otro objetivo, sobre la atención los pacientes crónicos pluripatológicos complejos, plantea el mismo problema: aumentar visitas domiciliarias, aumentar cuidados en el entorno, reducir factores de riesgo, programas de educación y capacitación, de apoyo al cuidador… que nos parece correcto y deseable si el número de profesionales fuera proporcional a este aumento de labores.
Sólo señalo lo sorprendente que es encontrar otros objetivos, excesivamente ambiciosos en este contexto sanitario, como: Impulsar políticas activas de empleo, fomentar la innovación en el ámbito sanitario o el impulso de las TIC. Objetivos que, como es natural, son plenamente aceptados pero que en la actual situación de desastre y lagunas informáticas, en que nos encontramos, nos suenan a futuros utópicos.
Tras su lectura, da la sensación que la responsabilidad en el no cumplimiento de los objetivos recae sólo en los profesionales ya que en el Plan no figura ningún compromiso para dotar de los recursos necesarios para conseguirlos.
Antes de elaborar el siguiente Plan deberíamos mejorar nuestras recogidas de datos (implantar por fin un sistema informático adecuado) para conocer las necesidades de la comunidad, plantear y ofrecer estrategias homogéneas a todo el sistema y dotar de los recursos necesarios para que se puedan cumplir y evaluar.
Esperanza González Marín
Asociación para la defensa de la sanidad pública
Julio 2016-07-04