A vueltas como estamos con los planes de choque y la cirugía cardíaca, tal vez se nos pase el momento de reflexionar sobre los problemas que aquejan a nuestra sanidad, entre ellos las listas de espera. En Salamanca, se ha repetido en estos días, el problema es mayor en la espera para primera consulta y diagnóstico. Y las soluciones deben iniciarse desde donde se inicia el proceso, desde la atención primaria. No es cuestión de quitar responsabilidad a los directivos hospitalarios, ni a los jefes de servicio, que deben planificar la actividad de los mismos; pero si existiese una atención primaria bien estructurada y de calidad, las derivaciones al hospital se reducirían, y mucho, y con ellas las penosas listas. Por eso la alusión al momento de la atención primaria no es un contrasentido, está plenamente justificada.
Sí, se necesitan inversiones, pero también mejorar la gestión de los recursos disponibles. Por eso, no es de recibo la situación de nuestra atención primaria, con médicos que soportan más de dos mil personas a su cargo y otros que no llegan a cien. Así no es fácil hacer medicina de calidad, y no hablamos de formación continuada o cartera de servicios. Hay mucho que mejorar también en la atención primaria.
¿Y qué decir de la relación de los dos niveles?. Su existencia es casi anecdótica. Sin embargo, una relación fluida permitiría que muchos problemas se solucionasen en el propio centro de salud o en consultas rápidas al margen de las dichosas listas. Existe o debería existir una comisión paritaria primaria – especializada, y es responsabilidad del director del Insalud su convocatoria y presidencia, pero lo poco que se ha hecho en este tema ha sido al margen de dicha comisión.
Aurelio Fuertes
Publicado en «El Adelanto»
17 junio 2000