«Morir más tarde o más temprano es indiferente; bien o mal morir no lo es», dejó dicho Séneca. Hacemos un gran esfuerzo, desde que tenemos uso de razón, por vivir bien, aunque este concepto no tenga para todos el mismo significado. Sin embargo, a menudo olvidamos o queremos olvidar, que la muerte forma parte de la vida, es el último acontecimiento y es para todos, por lo que debemos ocuparnos de que también la muerte sea digna y sea buena. La negación de la muerte, tan evidente en nuestra sociedad, produce unas consecuencias negativas para este objetivo de bien morir.
Es necesario tratar el problema y lo es más para los profesionales sanitarios que con frecuencia nos enfrentamos al final de la vida de nuestros pacientes; pero a los que no se nos ha enseñado a tratarlos en ese momento crucial, cuando ya no hay objetivos de curación y sólo queda -¿sólo?- cuidar al paciente.
La Asociación para la Defensa de la Sanidad Pública (ADSP) de Salamanca, consciente del escaso debate que existe sobre este tema y la trascendencia que tiene, ha organizado unas Jornadas de Reflexión sobre el mismo. Se han realizado unos talleres con expertos, donde se ha concluido que es preciso plantearse cómo queremos morir, y plantearlo como un proceso que ocupe el tiempo necesario para reflexionar y hablar con nuestra familia y con nuestros sanitarios; que es necesario aumentar el grado de comunicación de unos con otros; y proporcionar una adecuada formación de médicos y enfermeras en un tema sobre el cual se ha pasado de puntillas en nuestras facultades y escuelas.
Las Jornadas finalizan el martes día 31 con una Mesa Redonda a las 19.30 horas, en el Colegio de Médicos. Se expondrán las conclusiones de los talleres y se debatirá con doña Gracia Álvarez, del Comité de Bioética de Sacyl, D. Fernando Marín, de la Asociación Derecho a Morir Dignamente y con el doctor Luis Montes, del Hospital de Leganés, conocido por ser victima de aquella operación de acoso y derribo, del dúo Lamela y Aguirre, contra la sanidad pública. Nos incumbe a todos y todos estamos invitados.