Ha habido un nuevo intento masivo de inmigrantes que pretendían llegar a Europa. Me pregunto si en los países subsaharianos, los que tenemos más cerca no desarrollados, se hablará tanto de la crisis actual, de las desigualdades sociales o de los recortes como en los de la UE y en España especialmente. Sospecho que allí las conversaciones más frecuentes serán a propósito de “hambre”, “enfermedad”, “agua” y, tal vez, “analfabetismo”. Supongo que a ellos les “sonará a chino” esto de la crisis actual porque allí es continua y desde hace muchas décadas. Tampoco creo que hablen de desigualdades sociales, seguramente ellos no las perciben dada la separación tan enorme entre ricos y pobres.
Me viene a la memoria la frase “el hambre no razona” que fue el comienzo de un mitin de Miguel de Unamuno en la Federación Obrera en 1915 con motivo de las penalidades de la población por el desabastecimiento, sobre todo de cereales, como consecuencia de la Gran Guerra. Ese no razonar hace que muchas personas de los países subsaharianos se pongan en manos de las mafias, a un lado y otro de la frontera, para conseguir un estado del bienestar que parte de los ciudadanos de España está perdiendo actualmente.
Parece que la única preocupación de la UE, sobre todo de los países del sur que reciben directamente a los inmigrantes, es cómo evitar que pasen la frontera, cómo justificar su devolución al lugar de origen o lo que es peor al país intermedio donde se encuentran más desprotegidos. Mientras tanto las ayudas a la cooperación internacional, con el pretexto de la crisis, están disminuyendo, como está ocurriendo en España.
La grave desigualdad existente en materia de salud, entre otras muchas cosas, entre los países en desarrollo y los desarrollados debería ser un motivo de preocupación para todos los países (Alma-Ata 1978). Una de las declaraciones de esta Conferencia Internacional es que “todos los pueblos del mundo alcancen en el año 2000 un nivel de salud que les permita llevar una vida social y económicamente productiva”
“Todos los países deben cooperar, con espíritu de solidaridad y de servicio, a fin de garantizar la atención primaria de salud para todo el pueblo, ya que el logro de la salud por el pueblo de un país interesa y beneficia directamente a todos los demás países”.
La UE tiene que hacer los deberes y aumentar los recursos para la cooperación pagando así la deuda pendiente con África desde la época colonialista.