Alguien dijo «la vida en si mismo es una enfermedad (de transmisión sexual) que termina con la muerte». Para intentar que esta se retrase se necesitan actuaciones, unas veces preventivas y otras asistenciales.
La atención primaria es la que hace el seguimiento longitudinal a lo largo de la vida, con paradas marcadas por necesidades puntuales que hay que resolver en hospitales o en consultas de especialistas, para posteriormente volver a sus centros de salud. Una necesidad para llegar a una optima atención y que se ha reivindicado siempre (significa eso que no se ha resuelto) es la coordinación fluida entre esas dos estructuras y que a pesar de los múltiples intentos aún no se ha conseguido.
Cuando se da un alta hospitalaria, se debe conocer el sitio de destino del paciente, como trabajan los sanitarios de sus zonas, facilitando su seguimiento tanto en el orden asistencial (medios disponibles) como administrativos (horarios, prescripciones adecuadas a la política sanitaria). Por supuesto los profesionales de referencia deben asimilar lo que los especialistas han determinado en el transcurso del proceso e igualmente conocer el funcionamiento y condicionantes de la actividad hospitalaria cuando se remite a los pacientes al llamado segundo nivel.
Cada vez son más los conciertos con clínicas privadas, para disminuir las listas de espera (quirúrgicas y diagnósticas), que las llamadas peonadas no pueden cubrir (harina de otro costal) y ahí se dificulta más si cabe el seguimiento de las enfermedades, como ejemplos a reseñar: hay procedimientos como las operaciones de cataratas que en determinadas clínicas no llevan aparejada una consulta de preanestesia previa (como ocurre en el sistema público); pacientes que incluso viajan a otra provincia, son rechazados, remitiéndolos a sus médicos sin la documentación adecuada; no siempre los especialistas de referencia se hacen cargo del seguimiento de los problemas generados por una actuación foránea…..
Hay un hecho incuestionable el perjudicado es el paciente, no le den más vueltas.
Antonio Julián Martín