Se echaba de menos, especialmente después de producidas las trasferencias sanitarias, y parece que el Ministerio de Sanidad ha tenido reflejos en este sentido. Ya se ha remitido para su paso por las Cortes el proyecto de Ley de Cohesión y Calidad del Sistema Sanitario. Bienvenida sea esta iniciativa.
Con la sanidad totalmente trasferida, las desigualdades asistenciales, los desequilibrios, las inadecuaciones en la información sanitaria y otros muchos aspectos, eran cada vez más evidentes. No menos importante es la coordinación de lo relativo a salud pública; en los últimos tiempos ha habido varios episodios graves (legionelosis, vacas locas, epidemias de meningitis…) que pusieron al descubierto la falta instrumentos en este terreno. Otros aspectos de entidad que contemplará la Ley, todos ellos fundamentales para un desarrollo sostenible y equitativo del sistema sanitario, son los relaitvos a la calidad, las prestaciones, los órganos de control y de participación de todas las comunidades.
Ahora bien, dado que la ley surge una vez realizadas las trasferencias y no anteriormente a ellas, estratégicamante será dificil que competencias que se han dado a las autonomías, parte de ellas o aspectos relacionados, sean depositados nuevamente a nivel central, aunque sea para su coordinación tras un proceso de acuerdo. Igualmente fijar determinados aspectos, como el alcance de las prestaciones, cuando deben ser financiados o desarrollados por las CCAA, originará tensiones. Veremos si realmente el Consejo Interterritorial acaba asumiendo el papel protagonista que debe tener.
La aplicación efectiva de esta Ley supondrá la prueba de madurez de las Comunidades y del Ministerio, en definitiva la coherencia de nuestro sistema.
Miguel González Hierro.
Publicado en «El Adelanto», 11 Enero de 2003