Se acerca la fecha para el próximo examen MIR, y no puedo evitar recordar los nervios que yo misma tenía los días previos a mi examen. Se trata de una prueba que puede ser muy competitiva en función de la plaza que quieras obtener.
Esto no es nuevo para los estudiantes de Medicina, ya que desde el primer día en la universidad (probablemente incluso desde el instituto) la gente que nos rodea nos mete en la cabeza que es una carrera muy competitiva, donde hay que intentar «ser el mejor» por encima de los demás.
Por eso circulan historias en las universidades, con mayor o menor grado de veracidad, pero sin duda exageradas, sobre estudiantes que no comparten sus apuntes, o que incluso tienen versiones erróneas para confundir a los demás. Apuntes tomados en verde para que no salgan en las fotocopias (¡hablamos de cuando las notas se tomaban a mano!), estudiantes que poseen modelos de examen que no quieren compartir…
Pero creo que la mayoría estará conmigo en que la realidad es muy diferente: la tónica dominante es compartir. Tanto a la hora de obtener apuntes como de compartir cualquier información relativa a las prácticas o exámenes.
Y a pesar de ello, cuando se acerca la época del MIR, la presión social sigue: te intentan convencer de que la residencia es una carrera en la que corres solo y compites contra los demás. Pero no hay nada más lejos de la realidad. La residencia es una experiencia única, un camino que recorres con tus compañeros, con quienes compartes muchos momentos, sensaciones, conocimientos, inseguridades… y en la que existe un alto grado de colaboración y comprensión mutua. Incluso en los mejores hospitales, de los que se piensa que son los más competitivos, los residentes mayores ayudan y enseñan a los que llegaron más tarde.
Y es que, lejos de lo que cree una gran parte de la opinión pública, la Medicina actual es un trabajo de equipo. Todos los profesionales aprendemos unos de otros, de interactuar con colegas de nuestra especialidad y de otras, o con otros profesionales sanitarios, como enfermeros, técnicos, auxiliares… O incluso de otras disciplinas, como físicos, químicos… No me cabe ninguna duda de que la mejor Medicina es la que se hace en equipo.
Y por eso, a los futuros residentes les diría que tengan esto siempre presente, porque así serán mejores médicos y, además, disfrutarán más de su profesión.
Alicia Alonso.