La enfermera como cualquier persona en el desempeño de cualquier función aspira a tener control sobre lo que hace; Ser dueño de principio a fin de la actividad que desarrollas es fuente de satisfacción y motivación y lleva aparejado el riesgo correspondiente.
Productos sanitarios y poder corporativo
Yo creo que no admite discusión que todos los productos sanitarios destinados a los cuidados deben ser controlados por el profesional que realiza esos cuidados, hablamos de apósitos, productos tópicos, absorbentes, tiras reactivas diagnósticas, sondas y un largo etc. Son productos que mueven cantidades ingentes de dinero de cuyo gasto deben hacerse responsables las personas que los manejen, indiquen y/o prescriban. Es más, no tiene lógica que el médico/a, a indicación de la enfermera/o, tenga que realizar el trámite administrativo de generar la receta, hacerse cargo del gasto a nivel de gestión de recursos etc.; cuando son productos que recaen en las competencias enfermeras. El Decreto de diciembre de 2015, no resuelve ni siquiera algo tan evidente, pues no permite al profesional de enfermería emitir de forma autónoma ningún tipo de receta. Sólo permite emitir recetas al médico, podólogo y odontólogo de acuerdo a la modificación de la Ley de uso racional del medicamento de 2006 que se modificó en 2009.
Las enormes discusiones que se arrastran desde hace 6 años sobre este tema, pueden estar reflejando la falta de delimitación clara de las áreas competenciales de cada profesión sanitaria, pues hay puntos tangentes. El Colegio de Médicos quiere delegar funciones pero no delegar competencias. Quiere seguir siendo el dueño del 100% del proceso de la atención sanitaria y eso posiblemente no debe ser así. El Colegio de Enfermería quiere asumir competencias que tal vez no figuran en un catálogo por otra parte inexistente. Ciertas desavenencias profesionales de un lado y otro quizá radiquen también en luchas de poder por quién decide parte del gasto y quién tiene el mando.
Productos farmacológicos y seguridad del paciente
La seguridad del profesional de enfermería es una cosa a tener muy en cuenta y con el Decreto de Diciembre de 2015 se sienten en riesgo legal .
Desde el punto de vista de la práctica sanitaria segura (segura para el enfermo) el problema de la prescripción enfermera radica en los fármacos. El Decreto les exige una acreditación y no prevé periodos transitorios. La enfermería se queja de esto con motivo. Pero desde mi punto de vista, no se trata de saber más o menos farmacología (más saben los farmacéuticos y no prescriben) si no que prescribir implica un diagnostico aunque sea de un síntoma pero sobre todo requiere tener el conocimiento de la situación del paciente en su conjunto, como un todo. Nunca es más cierto aquello de que el aleteo de una mariposa en Japón, puede provocar un tornado en Florida. Así pues, la cautela por parte de todos debe ser grande.
En la Norma estatal de 2009, que era similar al Decreto con el que se está funcionado en Andalucía desde ese mismo año , hay un listado de 96 fármacos como antiácidos, laxantes, analgésicos, vitaminas, hierro, calcio, antihistamínicos sobre los que se pueden emitir “órdenes enfermeras”. Son fármacos para síntomas menores, no sujetos a prescripción médica o bien fármacos a dosis bajas como antiinflamatorios. Incluso estos, requieren una atención cuidadosa pues implican un riesgo . Aunque sean de venta libre, si el paciente lo compra y toma por su cuenta la responsabilidad será suya, si lo prescribe una enfermera, los responsables son ella, el médico, el centro sanitario…
Pero este es un riesgo asumible, después de 6 años funcionando en Andalucía y evaluado no parece que se hayan causado daños ni aumento de gasto ni otros problemas. Solo el 5 % de las 5 millones de recetas emitidas por enfermería han sido fármacos, el resto han sido productos sanitarios. Todos los implicados parecían estar conformes.
Hasta aquí he estado hablando de prescripción autónoma que podría hacer enfermería sin intervención de ningún otro profesional sanitario.
Se quiere ir más allá en la prescripción colaborativa basada en protocolos sobre lo cual el Decreto ha levantado todavía más ampollas y de ello hablaremos en un próximo artículo.
Concha Ledesma
Asociación para la defensa de la sanidad pública de Salamanca
2016, abril 03